Osmar Olvera no deja de demostrar su ambición por marcar una huella imborrable en el deporte mexicano. Aunque ya logró dos medallas en los Juegos Olímpicos de París 2024, para él eso solo es el comienzo de lo que espera alcanzar, pues está decidido a ir por más en los próximos ciclos olímpicos, motivado tanto por sus metas personales como por el deseo de hacer historia para México.
“En Tokio 2020, me quedé a las puertas de la final. París fue mi revancha, y logré subirme al podio. Pero no me conformo, ahora quiero el oro. Esa será mi mentalidad durante todo el ciclo hacia Los Ángeles 2028”, comentó en una entrevista.
Desde que era niño, Osmar Olvera ha tenido en la mira a los clavadistas chinos, quienes siempre han sido los rivales a vencer. Recuerda con claridad que cuando tenía ocho años y vio sus primeros Juegos Olímpicos, observó cómo clavadistas mexicanos como Germán Sánchez, Iván García, Alejandra Orozco, Paola Espinosa y Laura Sánchez lograban sus medallas, pero siempre veía a los chinos en lo más alto del podio. En ese momento, tomó la decisión de que algún día los vencería. “Ellos siempre ganan, y yo les quiero ganar”, señaló.
En París 2024, estuvo cerca de lograrlo, especialmente en la prueba de trampolín sincronizado de tres metros, donde compitió junto a Juan Celaya. Ambos lograron quedarse con la medalla de plata, pero más allá de ese logro, se llevaron la satisfacción de haber sido mejores que los chinos en esa ocasión, una hazaña que casi les permitió destronarlos.
Mirando hacia Los Ángeles 2028, Olvera está decidido a quitarse esa “espinita” y superar a los clavadistas chinos, no solo por él mismo, sino también por todos los clavadistas mexicanos que, en el pasado, se han quedado a un paso de vencerlos. “Mi sueño es claro: ser el mejor del mundo. Y para lograrlo, sé que tengo que ganarle a los chinos”, afirmó con determinación.
El joven atleta reconoce que está cumpliendo sus metas una a una, pero también es consciente de que el camino hacia su mayor sueño, que es el oro olímpico, será arduo y lleno de desafíos, sobre todo después de haber brillado en París 2024. Sin embargo, lejos de intimidarse, está listo para afrontar ese reto con madurez y perseverancia.
“Mi compromiso es seguir por el buen camino. Llegar es lo fácil, pero mantenerse es lo complicado. Estoy decidido a mantenerme compitiendo de tú a tú con los chinos, luchando en cada competencia por estar en el podio y, finalmente, quedarme con el primer lugar”, subrayó Olvera con firmeza.
Osmar también siente una gran responsabilidad como modelo a seguir para las nuevas generaciones de clavadistas mexicanos, a quienes ve con un futuro brillante. “Estoy seguro de que esta nueva camada de clavadistas será extraordinaria. Sin duda, podría convertirse en la mejor generación de clavados en México”, concluyó optimista.
Con información de El Universal
