Representantes de México y Estados Unidos comenzaron formalmente las conversaciones para actualizar el acuerdo sobre comercio de tomates, un tema clave para la economía agrícola bilateral. El pacto, vigente desde 1996, regula precios y condiciones para evitar prácticas desleales.
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La renovación busca adaptarse a nuevas realidades del mercado, como el aumento en costos de producción y la demanda de estándares de calidad más altos. Productores mexicanos esperan mantener su acceso privilegiado al mercado estadounidense, que consume el 80% de sus exportaciones.
El diálogo ocurre en un contexto de tensiones comerciales en otros sectores, lo que añade complejidad a las negociaciones. Ambos gobiernos han expresado su voluntad de llegar a un acuerdo beneficioso para todas las partes.
Analistas señalan que cualquier cambio afectará directamente a consumidores estadounidenses, acostumbrados a precios bajos en temporada de invierno gracias a las importaciones mexicanas.
¿Lograrán los negociadores un equilibrio entre protección a productores y estabilidad de precios? Los próximos meses serán decisivos para este cultivo que mueve más de $2,000 millones anuales.
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Con información de: El Economista