La Iglesia católica en México enfrenta una crisis vocacional sin precedentes, reflejada en la disminución del número de sacerdotes y seminaristas en formación, particularmente en la Arquidiócesis Primada de México.
Según datos del sistema federal Data Media, la edad promedio de los sacerdotes ha aumentado a 46.4 años, mientras las ordenaciones de nuevos ministros de culto han caído drásticamente.
Guillermo Gazanini, especialista del Centro Católico Multimedial, advirtió en entrevista que esta tendencia amenaza con dejar sin suficientes sacerdotes a muchas parroquias. “En la Arquidiócesis de México, la baja podría volverse irreversible, complicando la atención pastoral”, señaló.
¿Por qué México se está quedando sin sacerdotes?
En 2024, sólo un seminarista del Seminario Conciliar de México fue ordenado sacerdote, una cifra preocupante comparada con las 10 o 12 ordenaciones anuales de años anteriores.
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Actualmente, el Seminario Conciliar cuenta con apenas 18 seminaristas mayores, mientras que la Arquidiócesis de Guadalajara, en contraste, reporta 381 seminaristas en formación y 32 ordenaciones en el último año.
De acuerdo con el Anuario Pontificio, en 2022 el número de seminaristas en el mundo disminuyó 1.3%, pasando de 109 mil 895 a 108 mil 481. En América, la caída fue del 3.2%.
En México, las cifras reflejan esta tendencia: en 2004, la Arquidiócesis Primada de México contaba con mil 686 sacerdotes, pero en 2024 apenas llega a mil 300, según el portal *Catholic-Hierarchy*.
El especialista Gazanini destacó que la falta de promoción vocacional en familias y comunidades ha reducido significativamente el interés de los jóvenes por la vida religiosa. Además, la creciente población contrasta con el envejecimiento del clero y la falta de nuevos sacerdotes para reemplazar a los fallecidos.
Medidas urgentes de la iglesia católica
Para revertir esta crisis, Gazanini sugiere incentivar las vocaciones sacerdotales desde la pastoral familiar y reforzar la formación en seminarios menores, que actualmente enfrentan una grave reducción en sus matrículas. También considera viable importar sacerdotes de otras diócesis, aunque esto refleja la gravedad del problema.
“La disminución del clero amenaza con impactar gravemente el servicio pastoral en zonas críticas como la Ciudad de México, dejando un panorama incierto para los próximos años”, concluyó.