Los perros han demostrado a lo largo de los años ser más que los mejores amigos de los seres humanos: también son aliados indispensables en tareas de seguridad y rescate. En México, el Ejército y la Fuerza Aérea forman a los llamados “perritos militares” en un proceso especializado que comienza desde los primeros días de vida.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) compartió recientemente un video que muestra cómo en el Centro de Producción Canina del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos (CPCEFAM) se forman los futuros soldados caninos, quienes después serán asignados a sus manejadores para integrarse en operaciones de seguridad, combate a ilícitos y rescate en desastres naturales.
Nacen con una misión asignada
El CPCEFAM cuenta con instalaciones diseñadas para garantizar el correcto nacimiento, desarrollo y salud de los cachorros. Dispone de un área de maternidad y veterinaria, donde las hembras gestantes reciben cuidados antes, durante y después del parto. Además, el equipo médico supervisa el crecimiento de cada cachorro, les aplica vacunas y asegura que cuenten con una nutrición adecuada.
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A los dos meses de edad, los pequeños comienzan su adiestramiento en una pista de iniciación. Ahí se familiarizan con diferentes texturas como pasto, tierra o piedras, y aprenden a desplazarse en espacios cerrados, alturas o ambientes con ruidos intensos. El objetivo es formar perros seguros, valientes y preparados para enfrentar cualquier situación.
De acuerdo con la Sedena, el entrenamiento es profesional, pero también busca mantener el carácter lúdico. Cada reto es presentado como un juego, de modo que los caninos disfrutan mientras desarrollan habilidades esenciales.
Los binomios canófilos, un trabajo en equipo
A partir de los cuatro meses, los cachorros son entregados a las compañías canófilas del Cuerpo de Policía Militar. En esta etapa se cumple un adiestramiento básico que incluye socialización, obediencia y la integración con su manejador humano.
De esta manera se conforman los binomios canófilos: equipos de un perro y un militar que trabajan juntos en operaciones especializadas. Con el entrenamiento adecuado, cada binomio puede enfocarse en tareas como detección de explosivos, búsqueda de drogas, rescate de personas atrapadas bajo escombros o labores de guardia y protección.
La Sedena subraya que, desde que nacen, estos perros ya tienen un destino definido y que su formación es clave para convertirlos en héroes de cuatro patas al servicio de México.
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