En el marco del Día del Trabajo, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció el reinicio de las mesas de diálogo para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales en México. El objetivo es lograr una implementación gradual hasta el año 2030, priorizando un consenso entre gobierno, trabajadores y empresarios.
“No se puede hacer de un día a otro, pero lo importante es construir un acuerdo que mejore las condiciones laborales”, afirmó la mandataria durante un evento en Palacio Nacional, acompañado por líderes sindicales.
Una reforma histórica con apoyo federal
El secretario del Trabajo, Marath Bolaños, aseguró que esta reforma será producto de un “diálogo social” con todos los sectores involucrados. Afirmó que reducir la jornada no implica menor productividad, sino mayor dignidad laboral. “Se trata de devolver tiempo de vida a los trabajadores y valorar su esfuerzo”, explicó.
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La propuesta no es nueva. En 2022, la diputada Susana Prieto presentó una iniciativa similar que fue congelada. Ahora, con el impulso del nuevo gobierno, se abre nuevamente el camino legislativo.
Según el especialista Manuel Fuentes, México se alinea así con países como Chile y Colombia, que ya avanzan hacia jornadas semanales más cortas de forma gradual. Aun así, advierte que el proceso podría extenderse hasta 2027 o 2028.
Empresarios piden cautela ante desafíos económicos
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) expresó reservas sobre el momento en que se retoma esta discusión. Su presidente, Juan José Sierra, argumentó que el país enfrenta una desaceleración económica y bajo nivel de inversión, por lo que implementar esta medida sin un análisis profundo podría afectar la generación de empleos formales y la atracción de capital.
“El problema de fondo es la baja productividad, falta de incentivos y una creciente informalidad”, añadió, al tiempo que solicitó excepciones y flexibilidad en la eventual reforma.
Actualmente, la Ley Federal del Trabajo permite un máximo de 48 horas laborales por semana. Sin embargo, muchos mexicanos trabajan más de 56 horas sin repercusiones legales para los empleadores. La reducción implicaría establecer dos días obligatorios de descanso y mayores responsabilidades salariales para quienes empleen en fin de semana.
De acuerdo con la OCDE, México es uno de los países con más horas trabajadas al año (2,226). La última vez que se modificó la jornada laboral fue en 1917. Más de un siglo después, el debate regresa con fuerza.
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