Hablando de historia y otras cosas, ¿saben ustedes quién era Henry Dunant y por qué cada año, el 8 de mayo, celebramos su nacimiento en todo el mundo?
Que tal, les saluda Lorena Careaga y hoy hablaremos del movimiento internacional que Dunant inició y que hasta el día de hoy es conocido como la Cruz Roja.
El 24 de junio de 1859, los ejércitos austríaco, francés y piamontés se enfrentaron en Solferino, al norte de Italia. Al anochecer, 40 mil soldados yacían muertos o heridos en el campo de batalla, abandonados prácticamente a su suerte. El empresario suizo Henry Dunant, quien presenció el sangriento desenlace, acudió a socorrer a los sobrevivientes, ayudado por gente de los alrededores, haciendo suyo el lema tutti fratelli: todos hermanos, acuñado por las mujeres del cercano poblado de Castiglione.
Tres años después, Dunant publicó Un recuerdo de Solferino, libro en el que propuso la idea germinal de las futuras sociedades de la Cruz Roja. Escribió textualmente que su finalidad sería “cuidar de los heridos en tiempo de guerra por medio de voluntarios entusiastas y dedicados, perfectamente calificados para su trabajo”. Desde sus inicios, dichas sociedades debían ser entes neutrales, dispuestos a prestar ayuda humanitaria a quien la necesitara, independientemente de su raza, nacionalidad o creencias. Asi, en 1863, se instituyó en la ciudad de Ginebra, Suiza, el Comité Internacional de la Cruz Roja.
En nuestro país, una mujer, Luz González Cosío, fundó la Cruz Roja Mexicana, sociedad reconocida oficialmente por Porfirio Díaz en 1910. Ya desde 1907, México se había sumado a la Convención de Ginebra, que protegía —y protege— a los heridos y enfermos de los ejércitos en campaña.
Por su acto de solidaridad y de conciencia social, que tiene resultados y repercusiones para todos nosotros hasta el día de hoy, Henry Dunant recibió, en 1901, el Premio Nobel de la Paz. En la fecha de su nacimiento, 8 de mayo, se conmemora el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.