El Cenote Azul, ubicado a 15 minutos de Playa del Carmen, Quintana Roo, se ha consolidado como uno de los destinos más impresionantes de la Riviera Maya. Este cenote de tipo abierto, con aguas cristalinas de tonalidades turquesa, atrae a miles de visitantes por su belleza natural y su accesibilidad.
Formado hace millones de años por la filtración de agua a través de la piedra caliza, el Cenote Azul es parte del sistema de ríos subterráneos de la península de Yucatán. Sus aguas poco profundas, que alcanzan un máximo de 6 metros, lo hacen ideal para familias, nadadores novatos y amantes del snorkel. La presencia de peces tropicales y formaciones rocosas añade un encanto único.
El cenote es un sitio sagrado para la cultura maya, utilizado históricamente en ceremonias y rituales. Según Arqueología Mexicana, los cenotes eran considerados portales al inframundo, y el Cenote Azul no es la excepción, con vestigios arqueológicos que datan de siglos.
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El acceso al Cenote Azul es relativamente sencillo, con una entrada de 150 pesos mexicanos (unos 7.5 dólares) y servicios como baños, vestidores y áreas de descanso. Sin embargo, los costos adicionales, como el alquiler de chalecos salvavidas o equipo de snorkel. La cercanía a Playa del Carmen lo hace ideal para una visita de medio día, pero la falta de transporte público directo obliga a muchos a usar taxis o tours organizados, lo que puede ser un inconveniente.
Según Greenpeace México, el aumento del turismo en la Riviera Maya, que recibió 20 millones de visitantes en 2024, ha puesto presión sobre los cenotes, con riesgos de contaminación por protector solar y basura.
El Cenote Azul ofrece actividades para todos los gustos, desde nadar hasta saltar desde plataformas de baja altura. Las áreas menos profundas son perfectas para niños, mientras que las cuevas atraen a los más aventureros. En X, los visitantes han compartido videos de sus saltos, pero algunos advierten sobre la necesidad de más señalización para evitar accidentes en las rocas. La presencia de iguanas y aves añade un toque de vida silvestre, aunque los turistas son exhortados a no alimentar a los animales.
Los visitantes han elogiado la autenticidad de estos platillos, pero algunos critican los precios elevados en comparación con otros destinos de Quintana Roo. La oferta de tours que combinan el cenote con visitas a Tulum o Cobá ha ganado popularidad, aunque los usuarios recomiendan verificar la reputación de las agencias para evitar estafas.
El turismo en cenotes genera millones de pesos anuales, pero los ingresos no siempre se distribuyen equitativamente entre los trabajadores locales. En X, algunos usuarios han compartido experiencias positivas con guías y vendedores, mientras que otros piden mayor transparencia en la gestión de los fondos. Este debate refleja la tensión entre el desarrollo turístico y la preservación cultural.
El Cenote Azul también enfrenta retos climáticos, el cambio climático y la deforestación en la región han afectado los niveles de agua en algunos cenotes, aunque el Cenote Azul se mantiene estable gracias a su conexión con ríos subterráneos.
Los ambientalistas han pedido mayor inversión en la protección de estos ecosistemas, criticando la falta de políticas integrales. Los visitantes son clave para su preservación, adoptando prácticas responsables como evitar el uso de plásticos de un solo uso.
Visitar el Cenote Azul es sumergirse en un paraíso natural con un trasfondo cultural profundo. Su belleza y accesibilidad lo convierten en un destino imperdible, pero su futuro depende de un turismo responsable.
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Con información DEL UNIVERSAL