Muyil, una antigua ciudad maya ubicada en la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, Quintana Roo, es un sitio arqueológico que combina historia, naturaleza y espiritualidad. Oculta entre manglares y lagunas sagradas, esta joya del período Clásico (300-900 d.C.) ofrece una experiencia única para quienes buscan explorar el legado maya lejos de las multitudes.
Conocida también como Chunyaxché, Muyil fue un importante centro comercial y ceremonial, conectado por canales navegables con otras ciudades mayas. Su ubicación estratégica, cerca de la costa caribeña y rodeada de lagunas, facilitó el intercambio de bienes como jade, obsidiana y plumas de quetzal, según investigaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El sitio cuenta con estructuras impresionantes, como la Pirámide del Castillo, que destaca por su estilo arquitectónico petén, similar al de Tikal en Guatemala. Esta pirámide, de 17 metros de altura, ofrece vistas espectaculares de los manglares y lagunas circundantes, un recordatorio de la armonía entre los mayas y su entorno natural.
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Muyil también es conocido por sus canales artificiales, construidos por los mayas para navegar entre lagunas y conectar con el mar Caribe. Los visitantes pueden recorrer estos canales en bote, una experiencia que combina arqueología con ecoturismo, observando aves, cocodrilos y la flora de Sian Ka’an, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Las lagunas de Muyil, consideradas sagradas por los mayas, eran sitios de rituales y ofrendas. Arqueólogos han encontrado cerámicas y objetos rituales en sus aguas, evidenciando su importancia espiritual. Hoy, estas lagunas siguen siendo un lugar de conexión con la cosmovisión maya, atrayendo a viajeros interesados en la historia y la mística.
El INAH ha trabajado en la conservación de Muyil, manteniendo las estructuras principales accesibles y promoviendo un turismo sostenible que respete el ecosistema. A diferencia de sitios más concurridos como Chichén Itzá, Muyil ofrece una atmósfera tranquila, ideal para la contemplación y la fotografía.
Visitar Muyil requiere preparación, ya que se encuentra a unos 20 kilómetros de Tulum, en una zona sin servicios turísticos masivos. Se recomienda llevar agua, repelente y contratar guías locales, quienes enriquecen la experiencia con relatos sobre la historia y la biodiversidad del lugar.
Las comunidades mayas cercanas participan en la gestión del sitio, ofreciendo recorridos y artesanías que apoyan la economía local. Esta colaboración asegura que el turismo beneficie a los descendientes de los mayas, preservando su cultura viva.
Muyil, con sus manglares, lagunas y ruinas, es un portal al mundo maya, un lugar donde la historia susurra entre los árboles y las aguas, invitando a los visitantes a conectar con un legado que sigue latiendo en el corazón de México.
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Con información de EL MILENIO