¿Qué pasa con el yogurt? El regreso a clases trae consigo el reto de preparar loncheras que sean tanto prácticas como saludables para los niños. Ante la conveniencia de los alimentos procesados, el yogur se presenta como una de las elecciones más frecuentes. Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado qué efectos tiene este alimento en el cuerpo de los más pequeños?
El yogur, conocido por sus múltiples beneficios para la salud, es un alimento versátil y nutritivo. Con una amplia gama de versiones, sabores y estilos disponibles en el mercado, su inclusión en la dieta infantil puede ser muy positiva.
El yogurt ideal para los niños
No obstante, es fundamental saber elegir el tipo de yogur que realmente aporte beneficios y no perjudique la salud de los niños.
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Entre los mayores beneficios del yogur se encuentra su contenido de cultivos vivos de bacterias probióticas, que son esenciales para mantener un equilibrio saludable en la flora intestinal y facilitar la digestión. Además, el yogur es una rica fuente de calcio y vitamina D, nutrientes vitales para el desarrollo de huesos fuertes y un sistema inmunológico saludable.
Este alimento también es una buena fuente de potasio, un mineral que ayuda a regular la presión arterial, y de proteínas, necesarias para el crecimiento y desarrollo adecuados. Estudios han demostrado que el consumo regular de yogur puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.
A pesar de sus beneficios, no todos los yogures son iguales. Para maximizar sus efectos positivos, es crucial optar por yogures bajos en azúcares y grasas saturadas. Muchos productos comerciales contienen azúcares añadidos y aditivos innecesarios que pueden disminuir los beneficios nutricionales del yogur. Por ello, es importante leer las etiquetas y escoger productos más naturales y saludables.
¿Qué cantidad de yogurt debe consumir los niños?
Al considerar la inclusión del yogur en la dieta de un niño, se deben tener en cuenta ciertos aspectos. Los pediatras sugieren introducir el yogur a partir de los seis meses de edad, optando por versiones diseñadas específicamente para bebés, sin azúcares añadidos y con un contenido adecuado de calcio y proteínas.
La cantidad diaria recomendada de yogur para un niño varía según su edad y necesidades nutricionales, pero generalmente se sitúa entre 100 y 200 gramos.
Por último, el yogur puede ser una excelente opción para las loncheras escolares, siempre y cuando se elija con cuidado. Este alimento, nutritivo y delicioso, no solo contribuye a una dieta equilibrada, sino que también ayuda a inculcar hábitos alimenticios saludables desde una edad temprana, beneficiando tanto a niños como a adultos.