¿La física cuántica puede dar una explicación definotiga sobre los viajes en el tiempo? Desde que H. G. Wells lanzó su célebre novela en 1895, la idea de regresar al pasado ha sido un sueño humano recurrente. Volver para corregir errores, revivir momentos o alterar el rumbo de la historia ha inspirado innumerables relatos de ciencia ficción. No obstante, la física cuántica plantea una objeción esencial: el pasado no es una etapa fija o accesible para regresar.
1. El acto de observar cambia la realidad
En el mundo macroscópico, percibir un objeto parece algo neutro, sin efectos colaterales. Sin embargo, en el universo cuántico, observar significa intervenir activamente. Cuando medimos una partícula, como un electrón, forzamos una selección entre múltiples estados posibles —una acción que destruye las demás alternativas y genera una única realidad definitiva.
2. Sistemas cuánticos: existencia de potenciales
Antes de la medición, una partícula no está en un lugar concreto ni tiene una trayectoria clara. Lo describe una función de onda, que representa un conjunto probabilístico de opciones: esto aquí, aquello allá, números distintos de energía. Hasta que ocurre una observación, todas estas posibilidades coexisten. El acto de medir obliga a que una sola se realice: el resto se desvanece.
3. El colapso cuántico: dirección irreversible del tiempo
No solo colapsan posibilidades, sino que esto implica una dirección: una flecha temporal que no puede revertirse. El universo no guarda copia exacta de su estado previo al colapso; una vez conocido un resultado, las restantes alternativas desaparecen, haciendo imposible repetirlo tal cual fue.
4. ¿Y si intentamos retroceder? ¿Qué dice la física cuántica?
Supongamos que participas en una lotería cuántica: los números se generan tras medir un sistema en superposición. Viajas al pasado con la intención de comprar el boleto ganador después de haber sabido los números, pero al volver, el resultado ya no coincide. ¿Por qué? Porque un nuevo colapso de la función de onda genera un resultado distinto. El pasado ha sido alterado, no coincidiendo con tu memoria anterior. Así, el universo previene cualquier tentativa de recrear un instante cuántico específico y único.
5. El pasado cuántico no existe como tal
Llegamos a una verdad contundente: viajar al pasado no solo es un reto tecnológico (que seguiría siendo enorme), sino una imposibilidad fundamental para la física. La realidad cuántica no permite volver atrás como si hubiera “una copia” para restaurar. Cada observación en el tiempo crea una única versión irreversible. El pasado, de ese modo, no se puede revivir ni repetir exactamente.
