El verano es una de las cuatro estaciones climáticas de las zonas templadas: la más cálida de ellas, que tiene lugar entre la primavera y el otoño.
Se trata de una estación vinculada con la cosecha y con el período vacacional, ya que en muchas regiones la población huye del calor agobiante hacia latitudes más frescas.
El verano tiene lugar de junio a agosto en el hemisferio norte y de diciembre a febrero en el hemisferio sur.
La estación inicia generalmente con el solsticio de verano (21 de junio en el hemisferio norte y 21 de diciembre en el hemisferio sur) y finaliza en el equinoccio de otoño (22 de septiembre en el hemisferio norte y 21 de marzo en el hemisferio sur).
También es frecuente el uso del término verano para aludir a la totalidad de las estaciones cálidas y de invierno para las frías.
En el imaginario occidental, el verano se asocia con el sol, con la vendimia, la abundancia y con la adultez del ser humano.
Las civilizaciones antiguas solían rendir culto a sus dioses solares durante el solsticio, ya que éstas solían ser las principales de sus mitologías.
TAL VEZ TE INTERESE: ¡Falta muy poco! Se acerca el día más largo y la noche más corta del año
En la mitología griega, similarmente, esta estación era personificada por Carpo, una de las Horas, diosa de las frutas de calor e hija de Brisa, uno de los nombres del dios del viento del Oeste, Céfiro.
En posteriores representaciones romanas se representaba el verano como una doncella coronada de espigas doradas y sosteniendo una antorcha; o bien como un joven fornido que sostiene sobre su hombre el cuerno de la abundancia (cornucopia).
El verano es la estación caracterizada por la mayor intensidad del calor y del sol (dado que la región del planeta recibe los rayos solares directamente), por lo que también se producen las sequías. No es infrecuente, sin embargo, que haya tormentas de verano, especialmente en las regiones húmedas del planeta.
Por otro lado, los días en verano se hacen más largos, con mayor duración e intensidad lumínica, a diferencia de lo que ocurre en invierno. Las noches, por ende, se vuelven más cortas y amanece más temprano.
Como bien se sabe, el año en las regiones templadas se divide climáticamente en cuatro estaciones definidas: primavera, verano, otoño e invierno. Las primeras dos son las más cálidas y de mayor florecimiento de la vida vegetal, en las que el día dura más y es más luminoso. Las últimas dos, en cambio, son más oscuras, más frías y en ciertas regiones se caracterizan por heladas, nieves o congelamientos.
Este ciclo repetitivo cada año condujo a las civilizaciones humanas a entender el mundo como un ciclo eterno y repetitivo, en el que la vida muere y renace y vuelve a morir y renacer nuevamente.
TAL VEZ TE INTERESE: ¡Falta muy poco! Se acerca el día más largo y la noche más corta del año
Con información de Concepto.de