En respuesta al anuncio de una próxima reunión entre el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo ruso Vladimir Putin, el líder ucraniano Volodímir Zelenski emitió una postura firme: Kiev no renunciará a ningún territorio con tal de poner fin al conflicto en curso.
Trump confirmó que se encontrará con Putin el 15 de agosto en Alaska, un evento diplomático que ha generado preocupación en Ucrania, ya que se presume que los territorios ocupados —como Crimea y el Donbás— podrían ser objeto de negociación sin contar con la participación de su gobierno.
Zelenski insistió en que cualquier decisión que afecte directamente a Ucrania debe incluir la voluntad de su pueblo y su gobierno. Afirmó que proclamar acuerdos sin su participación equivale a decisiones “muertas al nacer” y en contra de la paz, remarcando que la Constitución de Ucrania protege la integridad territorial del país y no admite desviaciones.
Diplomacia activa frente a presiones externas
Ante esta situación, Zelenski intensificó su actividad diplomática. Mantuvo conversaciones con varios líderes europeos, incluyendo al primer ministro británico Keir Starmer, el presidente francés Emmanuel Macron y otros mandatarios de España, Finlandia, Dinamarca y Estonia, con el fin de forjar una postura conjunta que respalde una paz real y justa para Ucrania.
Por su parte, varios líderes europeos —entre ellos Ursula von der Leyen, Macron, Starmer y otros— emitieron un pronunciamiento firme señalando que una negociación sin la participación de Ucrania no puede avanzar. Subrayaron que cualquier acuerdo debe partir de un alto al fuego y garantizar la seguridad y soberanía de Ucrania.
Escenario de la cumbre y reacciones internacionales
Mientras tanto, la cumbre entre Trump y Putin mantiene en vilo a la comunidad internacional. Aunque inicialmente estaría centrada solo en ambos mandatarios, se contempla la posibilidad de extender una invitación a Zelenski para que participe después de la reunión bilateral.
La inclusión de Ucrania en el diálogo es vista como imprescindible por líderes de la Unión Europea, que consideran inaceptable cualquier eventualidad que normalice la ocupación mediante concesiones territoriales.
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