Un impactante informe de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) ha arrojado luz sobre la alarmante realidad en el Sudeste Asiático, en la que cientos de miles de personas son coaccionadas para trabajar en operaciones de estafa en línea por bandas del crimen organizado en el Sudeste Asiático.
Sudeste Asiático obliga a personas a estafar
En lo que parece ser un cruel giro, estas personas, en su mayoría migrantes desfavorecidos, se ven atrapadas en la delincuencia en línea, enfrentando violaciones graves de sus derechos y abusos mientras son forzadas a cometer actos delictivos que van desde estafas de inversión románticas hasta fraudes con criptomonedas y apuestas ilegales.
El informe, titulado “Operaciones de estafa en línea y trata con fines de delincuencia forzada en el Sudeste Asiático”, pone al descubierto la relación entre el trabajo forzado en operaciones de estafa y la trata de seres humanos en la región.
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Las víctimas de esta práctica se enfrentan a amenazas a su seguridad, tortura, detención arbitraria, violencia sexual y trabajos forzados, entre otras graves violaciones de los derechos humanos.
El informe también destaca que muchas de estas víctimas son migrantes que se quedaron sin empleo debido al cierre de fronteras y empresas durante la pandemia de COVID-19. Las operaciones de estafa en línea en el Sudeste Asiático varían desde estafas románticas hasta fraudes con criptomonedas y apuestas ilegales, generando miles de millones de dólares en ingresos cada año para las organizaciones del crimen organizado.
“Las personas coaccionadas para trabajar en estas operaciones de estafa soportan un trato inhumano mientras se les obliga a cometer delitos. Son víctimas. No son delincuentes”, declaró el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, enfatizando la necesidad de abordar esta problemática y proteger los derechos de estas personas vulnerables.
Además de las personas forzadas a trabajar en estas operaciones de estafa, también se encuentran aquellos que han sido estafados a través de la delincuencia en línea. Estas víctimas han perdido sus ahorros, han sufrido endeudamiento y han experimentado vergüenza y estigma debido a las estafas.
El impacto de la pandemia de COVID-19 exacerbó esta problemática, ya que las medidas de cierre y las restricciones llevaron a los criminales a cambiar y reubicar sus operaciones en línea. Los operadores de casinos, por ejemplo, trasladaron sus actividades a espacios menos regulados y en línea, atrayendo a personas vulnerables en busca de empleo genuino.
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El informe subraya la necesidad de que las autoridades de la región tomen medidas enérgicas para abordar esta problemática, proteger los derechos de las víctimas y prevenir la expansión de las operaciones de estafa en línea. La cooperación internacional y el enfoque en la prevención y protección de los derechos humanos son esenciales en la lucha contra esta grave violación.