Una eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés), asociada con la llamarada solar X1.4 producida por la región de manchas solares 3697, está prevista para desencadenar una tormenta solar geomagnética de tipo G2 durante la tarde del 31 de mayo y la madrugada del 01 de junio (UTC). Este fenómeno, que ha activado alertas por parte de la NOAA, resultará en diversas perturbaciones geomagnéticas.
La región de manchas solares 3697 es en realidad la “antigua” mancha solar AR 3664, responsable de la gran tormenta solar del 11 de mayo que generó auroras boreales visibles en latitudes inusualmente bajas.
Aunque esta mancha solar ha reaparecido y ha sido renombrada como AR 3697, su tamaño se ha reducido mientras transitaba por el lado oculto del Sol. No obstante, sigue siendo magnéticamente compleja y conserva el potencial de provocar llamaradas solares de clase X dirigidas hacia la Tierra.
¿Cuándo será la tormenta solar?
Para la tormenta geomagnética esperada en la noche del 31 de mayo al 1 de junio, no se prevén auroras boreales en latitudes medias, sino altas, debido a un pronóstico del índice KP con un máximo de KP6. El índice KP mide la actividad geomagnética en la Tierra y cuantifica las perturbaciones en el campo magnético terrestre causadas por interacciones entre el viento solar y la magnetosfera.
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Las auroras boreales esperadas podrían ser visibles hasta el sur de Canadá y el extremo norte de Estados Unidos. Las tormentas geomagnéticas G2 son eventos de actividad geomagnética moderada y se clasifican en una escala de G1 a G5, donde G1 representa una tormenta menor y G5 una extrema.
Estas tormentas son causadas por perturbaciones en el viento solar, un flujo de partículas cargadas emanadas del Sol, que incluyen eyecciones de masa coronal (CME) y corrientes de alta velocidad del viento solar. Durante una tormenta geomagnética G2.
Los efectos de las tormentas solares
Auroras Boreales: Visibles en latitudes más bajas de lo habitual, hasta zonas cercanas a los 55°.
Comunicaciones: Posibles interrupciones en comunicaciones por radio de alta frecuencia, especialmente en regiones polares.
Sistemas de Navegación: Perturbaciones en sistemas de navegación basados en satélites, como GPS, afectando la precisión.
Redes Eléctricas: Fluctuaciones en redes eléctricas, aunque rara vez causan daños significativos; las compañías eléctricas pueden necesitar tomar medidas preventivas.
Sistemas Espaciales: Aumento del arrastre en satélites en órbita terrestre baja, afectando su funcionamiento y órbita.
Las tormentas geomagnéticas se monitorean con una variedad de instrumentos en la Tierra y en el espacio. Los datos de los satélites que miden el viento solar y las observaciones terrestres se utilizan para predecir la llegada e intensidad de estas tormentas. La escala G, proporcionada por la NOAA y el SWPC (Centro de Predicción del Clima Espacial), clasifica las tormentas geomagnéticas y ayuda a anticipar sus posibles impactos.
Cabe destacar que la tormenta geomagnética G2 esperada para la noche del 31 de mayo al 1 de junio será un evento moderado con diversos efectos potenciales en comunicaciones, sistemas de navegación, redes eléctricas y la observación de auroras, especialmente en latitudes altas.