Byron Brauchli, fotógrafo estadounidense radicado en México, ha destacado por su habilidad para combinar técnicas fotográficas tradicionales con enfoques modernos, creando un diálogo visual que conecta el pasado con el presente. Su trabajo, expuesto en galerías de México y el extranjero, refleja una profunda sensibilidad hacia las culturas y paisajes mexicanos.
Brauchli es conocido por su uso de procesos históricos, como el colodión húmedo, una técnica del siglo XIX que produce imágenes de gran detalle y textura. Este método, que requiere placas de vidrio preparadas al momento, contrasta con la inmediatez de la fotografía digital, pero Brauchli lo utiliza para capturar retratos y paisajes con una estética atemporal.
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En sus proyectos más recientes, Brauchli ha explorado comunidades indígenas de Oaxaca y Chiapas, documentando sus tradiciones y entornos con un enfoque respetuoso. “Quiero que mis fotos cuenten historias que trasciendan el tiempo”, afirmó en una reciente entrevista, destacando su compromiso con la narrativa visual.
El fotógrafo también incorpora herramientas digitales para complementar sus técnicas tradicionales. Por ejemplo, utiliza software de edición para ajustar tonos y contrastes, logrando un equilibrio entre la autenticidad de los procesos antiguos y la precisión de la tecnología moderna. Este enfoque híbrido ha sido elogiado por críticos de arte.
Brauchli ha impartido talleres en México, enseñando técnicas como el colodión húmedo y la cianotipia a nuevas generaciones de fotógrafos. Estos talleres no solo preservan métodos históricos, sino que también inspiran a los artistas a experimentar con la fotografía como una forma de expresión única.
Sus exposiciones, como “Tiempo Capturado” en el Museo de Arte de Querétaro, han atraído a un público diverso, desde amantes de la fotografía hasta curiosos por la historia. Las imágenes de Brauchli, que van desde retratos de artesanos hasta paisajes rurales, invitan a reflexionar sobre la memoria y la identidad.
El trabajo de Brauchli también aborda temas ambientales, como la preservación de paisajes naturales en México. Sus fotografías de la Sierra Gorda y la selva lacandona destacan la belleza de estos lugares, al tiempo que alertan sobre su vulnerabilidad ante el cambio climático y la deforestación.
A pesar de su enfoque en técnicas antiguas, Brauchli no rechaza la modernidad. “La fotografía es un puente entre épocas”, dice, y su obra demuestra cómo la tecnología puede coexistir con la tradición para crear imágenes que resuenan en el presente.
El diálogo entre lo tradicional y lo moderno en la obra de Brauchli no solo enriquece la fotografía, sino que también invita a los espectadores a reflexionar sobre la historia, la cultura y el futuro del arte visual en México.
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Con información de INFOBAE
