Desde que tenía 13 años, la británica Sophie Turner sabe bien lo que es la fama. Apenas era una adolescente cuando se convirtió en Sansa Stark en ese inmenso éxito que fue la serie Juego de tronos, y, desde entonces, es un rostro habitual en series, películas y alfombras rojas.
Sin embargo, nunca se había enfrentado a un huracán mediático de tal calibre como el que la golpeó el pasado mes de septiembre, cuando se hizo pública la agria separación de su marido y padre de sus dos hijas, el cantante Joe Jonas.
El proceso de custodia de las niñas, en pleno divorcio, tampoco fue sencillo. Ella, que ha sido definida como fiestera —de una forma negativa y no sin cierto tufo machista— por los tabloides sensacionalistas y retratada como una especie de madre malvada que había dejado a sus hijas atrás, ha luchado contra todo ello en silencio. Hasta ahora.
TAL VEZ TE INTERESE: “Es un patan” Así responde Gustavo Adolfo Infante a Christian Nodal
La actriz se ha convertido en la protagonista de la nueva portada de la edición británica de Vogue, a la que ha concedido una larga entrevista donde habla (hasta donde el proceso legal le permite) de sus hijas, del divorcio, de cómo se sintió siendo una más de la gran familia Jonas, de cómo la ha afectado la maternidad, de su traslado al Reino Unido y de su salud mental, entre otras cuestiones, explicando cómo ha pasado por periodos de depresión y por un trastorno de la alimentación que la ha llevado a sufrir bulimia.
“Es impresionante la cantidad de gente que se inventa cosas y las publica basándose en una foto”, reflexiona la actriz en Vogue. “Una imagen puede contar más que mil palabras, pero no es mi caso. Me sentí como si estuviera viendo una película de mi vida que yo no había escrito, producido o protagonizado. Fue chocante. Todavía estoy en shock”, reconoce. “Hubo días en los que no sabía si lo conseguiría.
Llamaba a mi abogado y le decía: ‘No puedo hacerlo. No puedo”, rememora ahora, ocho meses después. “Y entonces, por fin, después de dos semanas de estar estancada, me recordó que era por mis hijas por lo que estaba luchando”, afirma. “En cuanto alguien me dice: ‘Hazlo por tus hijas’, lo hago. No lo haría por mí, pero encontraré la fuerza por ellas”.
Hasta ahora, no había sido así. Reconoce que no es muy buena “procesando emociones”: “Las encierro bajo llave y luego afloran en años después en forma de depresión o ansiedad”. Ahora ha aprendido a gestionarse mejor. “Si me hubiera pasado algo así hace 10 años no creo que hubiera tenido el mismo apoyo. Simplemente me siento muy afortunada de estar viva en una época en la que la gente es abierta de mente”, reconoce. “Gracias a Dios por la generación Z”.
La protagonista de X-Men: Fénix Oscura desvela que nunca se sintió muy integrada viviendo en Los Ángeles, teniendo que conducir largas distancias para ver a amigos, ni tampoco en Miami, donde se mudó con Jonas poco después de tener a su hija, al vivir en una comunidad cerrada con gente mucho más mayor: “Me sentía como un pajarito atrapado en una jaula dorada”. Es ahora, en su Reino Unido natal, donde ha vuelto a recuperar la confianza. Reconoce que se sintió muy apoyada por sus compañeros de rodaje en Joan, también por su familia y amigos, a los que considera muy cercanos. “Creo que la razón por la que estuve tanto tiempo medicándome es porque no tenía a esa gente junto a mí. Ahora que he vuelto a casa, soy realmente la persona más feliz que he sido en mucho tiempo”, asegura, en lo que es toda una pullita a los hermanos Jonas, entre los que nunca se sintió una más.
El hecho de que tanto ella como Danielle Jonas, la esposa de Kevin Jonas, y la actriz Priyanka Chopra, casada con Nick Jonas, siempre fueran consideradas las acompañantes de los Jonas no le resultó nunca cómodo a ella, que lleva labrándose su propia carrera durante más de media vida. “Había mucha atención sobre los tres hermanos y sus esposas. Siempre nos llamaban las esposas, y yo lo odiaba”, reconoce ahora, tras cuatro años de matrimonio y tres de noviazgo. “Era una especie de sensación de ‘más uno”, añade. “Y eso no tiene nada que ver con él, que de ninguna manera me hizo sentir eso, era que la percepción de nosotras era como si fuéramos las groupies de la banda”, reflexiona.
Pero antes de regresar al Reino Unido, la actriz tuvo que seguir un tiempo más en EE UU, hasta solucionar la cuestión legal con sus dos hijas. Decidió asentarse en Nueva York, pero no sabía adónde ir. Entonces, llamó a alguien a quien había conocido años antes, de quien le habían hablado bien, pero con quien no había podido mantener una gran relación por ser expareja de su, ahora, también expareja: Taylor Swift.
La actriz le preguntó a la cantante si conocía a alguien que le pudiera alquilar un apartamento. Y Swift no dudó en ofrecerle el suyo, gratis. “Taylor ha sido una heroína absoluta para mí este año”, asegura Turner, que ahora ha empezado a formar parte del círculo de amigas de la compositora. “Nunca he estado más agradecida a nadie que a ella, porque nos acogió a mis hijas y a mí y nos proporcionó un hogar y un espacio seguro”, asegura. “Realmente tiene un corazón de oro”.
TAL VEZ TE INTERESE: Meryl Streep es galardonada con la Palma de Oro honorífica en Cannes
Con información de El País