Silvia Pinal es sinónimo de grandeza en el cine de oro mexicano y un pilar de la cultura nacional, lamentablemente la tarde de este 28 de noviembre se anunció su fallecimiento a los 93 años de edad.
Hay que recordar que su trayectoria, marcada por el talento y la perseverancia, no solo definió una época en el entretenimiento, sino que también cimentó una dinastía artística que ha trascendido generaciones.
¿Quién fue Silvia Pinal?
Nacida el 12 de septiembre de 1931 en Guaymas, Sonora, como Silvia Verónica Pasquel Hidalgo, fue la menor de cuatro hermanas.
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Hija de María Luisa Hidalgo y Moisés Pasquel, su infancia estuvo marcada por la ausencia de su padre biológico, quien no reapareció hasta que ella tenía 10 años. Adoptó el apellido de su padrastro, Luis G. Pinal, quien jugó un papel importante en su formación.
Antes de encontrar su lugar en el mundo del espectáculo, trabajó como secretaria en una empresa farmacéutica. Su incursión artística comenzó con participaciones en comedias radiofónicas en la XEQ, y más tarde, perfeccionó sus habilidades con estudios de actuación en Bellas Artes y clases de canto.
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La trayectoria de Silvia Pinal
El debut cinematográfico de Pinal llegó en 1949 con la película El pecado de Laura, donde actuó junto a Rafael Banquells, su primer esposo, con quien se casó a los 17 años. Pronto, continuó sumando proyectos como Bamba y Escuela para casadas, que sentaron las bases de una prolífica carrera.
Silvia Pinal alcanzó la fama con papeles en cintas emblemáticas como La mujer que yo perdí (1949), El portero (1950), El rey del barrio (1950) y La marca del zorrillo (1950), en la que actuó junto al icónico Germán Valdés “Tin Tan”.
En 1952, su talento fue reconocido con el Premio Ariel a mejor actriz de reparto por Un rincón cerca del cielo, donde compartió créditos con Pedro Infante. Tres años después, ganó el Ariel a mejor actriz por Locura Pasional.
La belleza y figura de Silvia Pinal
No queda duda de que Silvia Pinal fue una de las mujeres más bellas de México, por eso mismo resaltó en la pantalla grande y chica a nivel nacional e internacional.
En su juventud su belleza deslumbraba a todo el mundo, quienes le pedían tomarse fotos, posar para las célebres revistas del momento y hasta retratarla, como lo hizo el muralista Diego Rivera.
A pesar de su muerte, Silvia Pinal seguirá siendo una de las figuras más queridas del entretenimiento mexicano, recordada por su profesionalismo y amor por el arte, confirmando su lugar como una leyenda y un símbolo del espectáculo mexicano.
