El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ha revelado que, durante el cuarto trimestre de 2024, la tasa de desempleo en México descendió a un 2.6%. Este porcentaje representa una mejora en comparación con el 2.7% registrado en el mismo periodo de 2023 y el 3% del trimestre anterior. La población desocupada se situó en 1.6 millones de personas, dentro de una Población Económicamente Activa (PEA) de 61.1 millones.
El informe destaca que sectores como los servicios sociales, restaurantes, servicios de alojamiento y el ámbito de transportes, comunicaciones, correo y almacenamiento han sido los principales impulsores del crecimiento laboral en el país. En términos de distribución sectorial, el 10.5% de los trabajadores se dedican a actividades primarias (agricultura, ganadería, pesca y minería), el 24.7% a actividades secundarias o industriales (manufactura y construcción), y una mayoría del 64.1% se desempeña en el sector terciario, que incluye servicios y comercio.
A pesar de estos avances, 4.9 millones de personas manifestaron estar subocupadas, es decir, desean y están disponibles para laborar más horas de las que actualmente trabajan. Además, persiste una notable disparidad de género en la participación laboral: mientras el 75.3% de los hombres forman parte del mercado laboral, solo el 46.4% de las mujeres están activas en este ámbito.
Regionalmente, Tabasco registró la tasa de desempleo más elevada con un 4.1%, seguido de la Ciudad de México con un 4% y Coahuila con un 3.5%. Estas cifras reflejan diferencias regionales en el acceso al empleo, influenciadas por diversos factores económicos y sociales propios de cada entidad.
En resumen, aunque México ha mostrado una tendencia positiva en la reducción del desempleo y en la generación de empleo en sectores clave, aún enfrenta desafíos como la subocupación y la desigualdad de género en el ámbito laboral. Abordar estas cuestiones es esencial para lograr un desarrollo económico más equitativo y sostenible en el país.
