Se convirtió Japón en la quinta nación que consigue aterrizar en la Luna, pero lo hizo de lado.
La sonda japonesa SLIM se posó con los propulsores mirando hacia arriba y los paneles solares volcados hacia un lateral, por lo que sus funciones quedaron seriamente comprometidas.
Las primeras imágenes enviadas desde la Luna confirman lo que los datos enviados inicialmente por la nave hacían sospechar: SLIM no está ubicada como debía y tendrá que confiar en la suerte para que los rayos solares incidan en sus paneles para alimentarla.
La imagen proporcionada este jueves por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) fue tomada por el robot LEV-2, del tamaño de una pelota de tenis, que SLIM lanzó sobre la superficie lunar antes de tomar tierra. La foto muestra el desenlace fatal para la actividad que quería desarrollar en la Luna.
El módulo se volcó en la pendiente de un cráter y quedó inclinado hacia el oeste debido al vuelco, por lo que los paneles solares no han podido generar electricidad. Solo un cambio en la dirección de la luz solar podría activarlo antes de que la próxima noche lunar que comienza el 1 de febrero congele la nave. “SLIM no está diseñado para sobrevivir a una noche lunar”, reconoció Shinichiro Sakai, responsable del módulo, en una rueda de prensa que recoge Reuters.
Al quedarse sin energía, la sofisticada cámara del módulo, encargada de estudiar la composición de las rocas lunares, solo pudo generar imágenes de baja resolución durante las 2 horas y media que estuvo operativa la nave. En ese tiempo, también envió datos de telemetría que permiten a los ingenieros entender qué pasó y estar relativamente satisfechos con el resultado. Uno de los motores principales falló y aun así consiguieron aterrizar con precisión a tan solo 55 metros de su diana.
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La sonda SLIM (que corresponde con las siglas en inglés de módulo de aterrizaje inteligente para investigar la Luna) tenía el apodo de “francotirador lunar” porque cuenta con un sistema de aterrizaje, alimentado con inteligencia artificial, que le permite tomar tierra a menos de 100 metros del objetivo marcado. Uno de los dos motores principales del módulo probablemente se detuvo en la fase final del aterrizaje, explicó JAXA, por lo que se desplazó 55 metros y volcó.
En ausencia de problemas de motor, podría haber aterrizado a tan solo 3 a 4 metros del objetivo, afirmó Sakai. Esto, asegura la agencia japonesa, respalda su apuesta por este sistema de aterrizaje, que permitirá ser muy preciso en futuras misiones de exploración espacial.
En lo que va de siglo XXI, solo tres naciones han logrado un aterrizaje suave en la Luna: China, en tres ocasiones, la India, el pasado agosto, y Japón, el viernes. En estos mismos años, misiones privadas de EE UU, Japón e Israel, y una nave enviada por Rusia, han fracasado en su intento de posarse en el satélite.
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Con información de El País