Porque la vida es lo más importante, hoy hablaré de reproducción e inmortalidad.
La reproducción en los seres vivos tiene como función originar nuevos organismos de la misma especie y es el mecanismo a través del cual se logra no sólo la propagación, sino la continuidad de la especie en el tiempo.
Reproducción asexual e inmortalidad
Tradicionalmente la reproducción de los seres vivos se ha dividido en: asexual, en donde solo participa un progenitor y da origen a un individuo nuevo; y sexual en donde participan dos progenitores.
Hablando de inmortalidad, la reproducción asexual en organismos de una sola célula o unicelulares como las bacterias, amibas y los paramecios, ofrece ejemplos en donde se puede considerar que por su forma de reproducirse son inmortales.
Me explico. En organismos de una sola célula o unicelulares, una célula madre madura puede partirse en dos o más células hijas. Si es en dos, se llama bipartición, y si es en varias se llama división múltiple. En ese sentido, la célula madre original deja de existir como individuo, pero no ha muerto, no hay una célula muerta o un cadáver. Una madre sigue existiendo en las nuevas células o individuos en los que se dividió al separarse en dos o varias partes.
La separación puede ser transversal, longitudinal u oblicua, y los nuevos individuos pueden ser de igual tamaño ambos, o con algunas diferencias. Independientemente de las variaciones, el proceso no implica el envejecimiento y muerte de ningún individuo.
Esto resulta relativamente fácil de entender en organismos de una sola célula pero si pasamos a seres vivos de muchas células o pluricelulares, se podría seguir pensando en la inmortalidad. Continuaremos.
Comentó Patricia Santos González y les espero nuestra siguiente cita.