La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que la tan esperada reforma para disminuir la jornada laboral semanal —de 48 a 40 horas— no podrá aprobarse en el actual periodo legislativo. Aunque el proyecto se presentará antes de que termine el año, su discusión formal y la votación se pospondrán hasta que inicie el nuevo periodo ordinario, programado para febrero de 2026.
Sheinbaum explicó que esta decisión no obedece a falta de voluntad del Ejecutivo, sino al hecho de que no existe aún un consenso suficiente entre empresarios y sindicatos sobre la reforma. Para la mandataria, es esencial que este cambio laboral sea respaldado por un acuerdo amplio, tal como ha sucedido con otras reformas importantes impulsadas en su administración.
En sus propios términos, la presidenta aseguró que el objetivo es replicar un modelo de concertación similar al que ya se ha utilizado en acuerdos voluntarios con distintos sectores productivos. Subrayó que no quiere imponer una solución, sino acordar una propuesta que beneficie tanto a trabajadores como a empleadores. Junto con la reforma de las 40 horas, también se planea discutir un posible aumento al salario mínimo para 2026, pero –reiteró– todo debe lograrse mediante consenso.
Este anuncio marca un cambio respecto a lo dicho hace algunas semanas por el secretario del Trabajo, Marath Bolaños, quien había sugerido que la iniciativa podría enviarse antes de diciembre. Incluso algunos legisladores oficiales esperaban que la reforma se aprobara en la actual legislatura. Por ejemplo, el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila, había señalado que la propuesta llegaría a San Lázaro entre el 13 y 14 de diciembre, o incluso podría convocarse a un periodo extraordinario para discutirla.
Sin embargo, con el nuevo planteamiento del Ejecutivo, la aprobación queda proyectada ya para 2026, y no se descarta que el proceso se retrase aún más si no se alcanza el acuerdo necesario.
Respecto al contenido de la reforma, lo que se ha dado a conocer hasta ahora indica que implicaría cambios tanto constitucionales como a la Ley Federal del Trabajo. Entre las modificaciones destacadas están:
- Reducir la jornada máxima de trabajo semanal de 48 a 40 horas.
- Reformar el Artículo 123 de la Constitución.
- Ajustar la Ley Federal del Trabajo para reflejar esos cambios.
- Garantizar el pago de horas extras cuando se excedan las 40 horas semanales.
- Implementar la medida de forma gradual, con un calendario que podría extenderse hasta 2030.
Finalmente, el gobierno dejó claro que la reforma solo procederá si existe un acuerdo firme entre todas las partes involucradas.



