El Movimiento Mexicano de Solidaridad con Cuba expresó este jueves su “profunda indignación” por el retiro de las estatuas de Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara, ubicadas en la Plaza San Carlos de la colonia Tabacalera, en la alcaldía Cuauhtémoc.
A través de un comunicado difundido en la red social X, el colectivo calificó la decisión como “unilateral y cobarde” y acusó a las autoridades de borrar un símbolo de la histórica relación entre México y Cuba.
El mensaje de indignación por el retiro de las estatuas

“Manifestamos nuestro rechazo al retiro unilateral y cobarde de los monumentos de Fidel Castro y el Che Guevara. Es una agresión a la ciudadanía que ha procurado ese espacio”, denunció el movimiento, al tiempo que exigió: “¡Devuelvan las estatuas a su sitio! ¡Respeten la historia!”.
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Las esculturas, creadas por el artista Óscar Ponzanelli, fueron instaladas en 2017 como homenaje al primer encuentro entre Castro y Guevara en 1955, justamente en la colonia Tabacalera.

El conjunto, fundido en bronce y con un peso aproximado de 250 kilogramos, mostraba a los líderes revolucionarios en actitud relajada: Fidel con un puro y el Che con una pipa. Desde su colocación, la obra se convirtió en punto de reunión para simpatizantes y visitantes interesados en la historia entre México y Cuba.
La polémica y el vandalismo de las estatuas

El Monumento Encuentro ha sido objeto de múltiples controversias desde su instalación. En septiembre de 2021 fue vandalizado con pintura blanca, y anteriormente sufrió un intento de robo. Además, figuras políticas como Jorge Triana, del PAN, y organizaciones como Misión Rescate México habían exigido su retiro, argumentando que Castro y Guevara representaban violaciones a los derechos humanos.
En contraste, vecinos de la colonia defendieron su permanencia, considerando a los personajes como parte de la identidad local: “Eran íconos del barrio”, señalaron.
Irregularidades administrativas

La alcaldía Cuauhtémoc justificó el retiro argumentando que la escultura fue adquirida de manera irregular. Según un boletín oficial, fue comprada en 2017 con recursos del ramo 5000, destinados para maquinaria, no para obras artísticas.
Además, no contó con la autorización de la Comisión de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos (COMAEP) y recibió una opinión negativa del propio Gobierno de la Ciudad de México.
La obra tuvo un costo aproximado de 600 mil pesos y su instalación no cumplió con los procesos normativos establecidos. Aunque las autoridades no han confirmado si será reubicada, el retiro ya generó una nueva confrontación ideológica y política en el espacio público capitalino.