A sus 33 años, Altagracia Gómez Sierra se ha posicionado como una figura clave en el panorama empresarial y político de México. Su relación directa con la presidenta Claudia Sheinbaum, con quien mantiene comunicación frecuente, es solo uno de los privilegios que la han acompañado desde la infancia.
Hija de Raymundo Gómez Flores, empresario jalisciense que amasó su fortuna durante la ola privatizadora de los años 90, Altagracia lidera un conglomerado empresarial que incluye a Minsa, Dina y Almer, pilares en sectores como la harina de maíz, la fabricación de autobuses y la logística.
La herencia de Altagracia Gómez Sierra
Formada como abogada en la Escuela Libre de Derecho, Altagracia concedió en 2022 una entrevista que reveló su ética empresarial basada en la autocrítica y el reconocimiento de sus privilegios. Actualmente, ocupa el cargo honorífico de coordinadora del Consejo Asesor Empresarial de la Presidencia de la República, funcionando como un puente entre el Gobierno federal y el sector privado.
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La historia de la riqueza de la familia Gómez Sierra se vincula estrechamente con las privatizaciones de la década de 1990, durante el salinismo. Su padre, Raymundo Gómez Flores, adquirió las entonces paraestatales Minsa, Dina y Almer, consolidando un imperio empresarial que catapultó a la familia a la élite económica del país.
Esta acumulación de riqueza también estuvo influida por el contexto del Fobaproa, otro punto de tensión entre el pasado familiar y la postura actual de Altagracia en favor de los ideales de la 4T.
Discurso y estilo que rompen moldes
Cada aparición pública de Altagracia Gómez se convierte en un evento mediático. Con un carisma indiscutible, ha sabido combinar el lenguaje técnico empresarial con frases que conectan con amplios sectores: “ser disruptivo sin ser destructivo”, “el poder nadie te lo da, se toma”.
Su estilo, que recuerda más a una emperatriz rusa que a una empresaria convencional, destaca en un mundo corporativo dominado por hombres. “Si ves 100 trajes negros y una niña de rosa, sí llama la atención”, ha señalado, convirtiendo su imagen en una herramienta de autoafirmación.
Altagracia conoció a Sheinbaum en 2019 durante una reunión sobre el precio de la tortilla. Desde entonces, su relación se ha estrechado, consolidándola como una de las voces más influyentes en el segundo piso de la 4T. Lo que comenzó con una frase enigmática en 2022 —“A mí me conocen los que me convenga que me conozcan”— hoy se ha convertido en realidad: Altagracia Gómez Sierra está en boca de todos.