Isaac Newton, ampliamente reconocido como uno de los genios más influyentes en la historia de la humanidad, no solo dejó un legado imborrable con sus descubrimientos en física y matemáticas, sino que también realizó predicciones sobre el destino final de la especie humana. Entre sus ideas menos conocidas, pero igualmente intrigantes, se encuentra su predicción de que el mundo tal como lo conocemos llegará a su fin en el año 2060.
Aunque esta teoría carece de una base científica sólida, resulta inquietante por la combinación de matemáticas y referencias bíblicas que utilizó Newton para formularla. A lo largo de los siglos, diversas culturas y religiones han planteado escenarios apocalípticos acompañados de fechas específicas. Sin embargo, la humanidad ha sobrevivido a todas esas predicciones, como el caso más reciente en 2012, cuando el calendario maya fue interpretado como un anuncio del fin del mundo.
A pesar de que muchas de estas teorías han sido desmentidas por basarse en creencias y no en hechos científicos, la singularidad de la predicción de Newton radica en que también empleó matemáticas, una herramienta clave en la evolución tecnológica y científica de la humanidad. Esto añade un matiz de temor y fascinación, considerando que Newton fue uno de los matemáticos más brillantes de la historia, conocido por establecer principios fundamentales como la teoría de la gravedad.
La predicción sobre el fin del mundo fue escrita en 1704, pero permaneció oculta durante siglos hasta ser descubierta y analizada mucho tiempo después. En su teoría, Newton planteó siete puntos clave que, según él, explican por qué el mundo terminará en 2060. Para desarrollar esta idea, no solo recurrió a las matemáticas, sino también al contenido del Libro de Daniel, un texto religioso que aborda los orígenes de la humanidad desde una perspectiva cristiana y pone un fuerte énfasis en el apocalipsis bíblico.
Los siete puntos del apocalipsis según Newton
Newton enumeró siete aspectos que sustentan su predicción:
- Los 2300 días proféticos no comenzaron antes del surgimiento del “cuerno pequeño del Caballo”.
- Tampoco iniciaron después de la destrucción de Jerusalén y su Templo por los romanos en el año 70.
- Los “tiempos y la mitad de los tiempos” no comenzaron antes del año 800, cuando inició la supremacía de los Papas.
- Estos tiempos no empezaron después del reinado de Gregorio VII en 1084.
- Los 1290 días proféticos no comenzaron antes del año 842.
- La diferencia entre los 1290 y 1335 días representa una parte de las siete semanas.
- Según sus cálculos, los 2300 años no concluyen antes de 2132 ni después de 2370.
De acuerdo con Newton, los “tiempos y la mitad de los tiempos” finalizan entre 2060 y 2344, mientras que los 1290 días terminan entre 2090 y 2374.
¿Qué significa el “fin del mundo” para Newton?
Es importante destacar que la visión de Newton sobre el fin del mundo no describe un apocalipsis total, como el colapso absoluto de la humanidad o el planeta. Según los expertos, Newton interpretó el “fin del mundo” como el momento en que Jesús regresará a la Tierra para traer paz y justicia.
En este escenario, Jesús no solo vendría a reconciliar a la humanidad, sino también a castigar a aquellos que han corrompido los principios del cristianismo para su beneficio personal. Su regreso marcaría el inicio de una nueva era de armonía, pero no sin antes enfrentar a quienes se opongan a él con su ira, mientras que los que lo acepten experimentarán su amor.
Basándose en esta combinación de creencias religiosas y cálculos matemáticos, Newton concluyó que el mundo tal como lo conocemos llegará a su fin exactamente 1260 años después de la fundación del Sacro Imperio Romano, situando esta fecha en el año 2060.
Esta predicción, aunque basada en ideas matemáticas y religiosas, continúa siendo objeto de debate y fascinación, recordándonos que incluso las mentes más brillantes pueden abordar los misterios del universo desde perspectivas inesperadas.
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