Porque la vida es lo más importante, hoy hablaré de partenogénesis o parto virginal.
Una variante de la reproducción sexual es la partenogénesis. Charles Bonet, biólogo y filósofo suizo, experto en insectos, fue en 1740 el primero en descubrir el origen partenogenético de los zánganos en las colonias de abejas.
¿Qué es la partenogénesis?
Partenogénesis deriva de los términos “partenos“, virgen, y “génesis“, generación y es el mecanismo que origina descendencia sin la intervención de machos ni espermatozoides y por supuesto sin fecundación.
Ocurre por el desarrollo de los óvulos de las hembras que se segmentan múltiples veces dando origen a embriones que posteriormente se desarrollan en adultos llamados partenotes.
La partenogénesis ha sido observada en platelmintos rotíferos, insectos como abejas, avispas y hormigas, tardígrados, equinodermos, medusas, crustáceos, peces, anfibios, reptiles y aves.
Por contra intuitivo que parezca, no se trata de un mecanismo de reproducción asexual, en donde no hay células sexuales ni gametos, ya que, en la partenogénesis, requiere de la formación de óvulos o gametos femeninos que son precisamente las células que se segmentan.
Además, la gran diferencia entre la partenogénesis y la asexualidad es que, en la partenogénesis, la descendencia no es un clon de la progenitora. Lo que sucede es que antes de segmentarse y autoduplicarse, estas especies cuentan con la gracia de poder mezclar los cromosomas hermanos de sus óvulos como si se tratase de homólogos y generar así crías distintas a ellas, con la consabida ventaja de la variabilidad genética. Continuaremos con los partenotes.
Comentó Patricia Santos González y les espera en nuestra siguiente cita.