ANTIFA, abreviatura de antifascista, es considerado en Estados Unidos como un grupo “radical, oscuro y violento” de extrema izquierda. Durante su gestión, el ex presidente y actual candidato republicano Donald Trump, quien fue herido en Pensilvania, intentó designar a ANTIFA como una organización terrorista.
Este grupo es conocido por sus enfrentamientos con grupos supremacistas blancos en localidades como Charlottesville, Virginia, y por protestar contra discursos políticos conservadores. Según informes, Mark Violets, el hombre que disparó contra Trump en un acto de campaña, pertenecería a ANTIFA.
ANTIFA involucrado en el atentado de Trump
Sin embargo, otros medios en Estados Unidos advierten sobre una campaña de conspiración en redes sociales por parte de cuentas y usuarios de derecha contra ANTIFA. El sitio independiente Kansas City Defender publicó que, a pesar de la falta de pruebas creíbles, estas teorías conspirativas se están extendiendo rápidamente tras lo que los funcionarios llaman un “intento de asesinato”.
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El New York Post reveló que la administración Trump culpó repetidamente a ANTIFA de incitar a ataques contra la policía, saqueos y quema de negocios durante las protestas en Estados Unidos tras la muerte de George Floyd a manos de un oficial de policía de Minneapolis.
Mark Bray, profesor de historia en Dartmouth College y autor de “The Anti-Fascist Handbook”, señaló que la mayoría de los miembros de ANTIFA “apoyan incondicionalmente la autodefensa militante contra la policía y la destrucción selectiva de la propiedad capitalista”.
Para Bray, ANTIFA es más una ideología compartida entre personas de base flexible y sin liderazgo jerárquico, que una organización estructurada.
¿Cómo funciona el ANTIFA?
El periódico estadounidense aseguró que no hay cifras exactas sobre el número de integrantes del grupo, cuyos miembros abarcan desde marxistas y leninistas hasta socialdemócratas y anarquistas.
Bray escribió en un artículo de opinión en el Washington Post que los miembros de ANTIFA ocultan sus actividades políticas a las autoridades y a la extrema derecha, lo que dificulta determinar su número exacto. La organización y recaudación de fondos se realizan principalmente en redes sociales antes de reunirse para protestar.
Los miembros de ANTIFA, que suelen vestir ropa negra y ocultar sus rostros con máscaras, no rehuyen la violencia y consideran que destruir la propiedad es una expresión política justa. Scott Crow, ex organizador de ANTIFA, declaró a The Atlanta Voice: “Hay un lugar para la violencia. ¿Es ese el mundo en el que queremos vivir? No. ¿Es el mundo que queremos habitar? No. ¿Es el mundo que queremos crear? No. ¿Pero retrocederemos? Sí”.
Los “antifascistas” aceptan la violencia porque creen que las élites controlan el gobierno y los medios de comunicación, y necesitan hacer una declaración frontal contra las personas que consideran racistas.
ANTIFA rastrea su historia de lucha contra grupos de derecha hasta los que se opusieron a Benito Mussolini en Italia y Adolf Hitler en Alemania. Su manifestación moderna surge de la Acción Antirracista de 1987 y Rose City ANTIFA en Portland en 2007.
Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca en 2017, ANTIFA se ha vuelto más activa, organizando protestas violentas como las de la Universidad de California en Berkeley en 2017 y enfrentamientos con grupos supremacistas blancos en Charlottesville y Portland.
El presidente Javier Milei culpó a la “izquierda internacional” del intento de asesinato de Trump, afirmando que “recurren al terrorismo para imponer su agenda retrógrada y autoritaria” ante el temor de perder en las urnas.