“Pueblos con Sabor” en Hidalgo: Zempoala, Tulancingo, Omitlán y Acaxochitlán

La gastronomía puede expresar de forma indirecta las costumbres y estilo de vida de los habitantes

"Pueblos con Sabor" en Hidalgo: Zempoala, Tulancingo, Omitlán y Acaxochitlán

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Después del idioma, la gastronomía es quien nos habla de la cultura de un pueblo. Además de proporcionar una experiencia de sabor e historia en cada bocado, puede expresar de forma indirecta las costumbres, el aprovechamiento de los recursos locales y estilo de vida de los habitantes.

Zempoala

Zempoala ha sido cuna de importantes hechos históricos, muestra de ello está en el Códice Xólotl (1224 d.C.), que nos habla de los asentamientos prehispánicos de las culturas toltecas, otomíes y chichimecas, las cuales utilizaban los derivados del maguey como elementos para integrar su alimentación, así como el nopal fruta y el nopal verdura, insectos y moluscos del campo como los chinicuiles, gusanos de maguey, escamoles, caracoles, sabandijas como el tlacuache, zorra, zorrillo, víboras, entre otros. Después de la conquista los indígenas cambiaron su alimentación y empezaron a comer gallinas, carne de vaca, carne de cerdo, pan de trigo, maíz, frijoles y semillas, como lo plasma el Códice Mendoza (1550 d.C.).

En Zempoala es reconocida su gastronomía por sus variados y exquisitos platillos, ya que en ellos podemos identificar aspectos como el mestizaje, que logro unir a las culturas prehispánicas con la española, muestra de ello es el delicioso pollo en pulque, barbacoa, consomé, ceviche de hongo seta, los ximbotes de caracol y escamol que son una variación del Ximbo tradicional ya que en este la penca del maguey tiene un corte transversal donde se colocan los suculentos ingredientes, el mixiote de pollo, costilla, escamol, cueritos, chamorro acompañado de nopales en penca de maguey o papel aluminio, nopalachicle, tlacoyos de frijol, alverjón, papa o requesón, así como las quesadillas de huitlacoche, carne de cerdo en salsa morita con quelites, gualumbos en tortitas de huevo ahogados en salsa verde, flores de palma, pimientas con sal y limón, el caldo de malva, salsa de xoconostle, enchiladas y burras zempoaltecas, cocoles y bicicletas como postre para degustar con un exquisito café de olla recién hecho o un atole de agua miel o champurrado con piloncillo y granos de elote.

 

Si eres amante del turismo gastronómico, Zempoala “Pueblo con Sabor” te ofrece algunas opciones, como por ejemplo:

En la calle Morelos ubicada a un costado de la Plaza principal de la Cabecera Municipal se coloca el Tianguis de Zempoala, el cual ha significado un espacio de identificación comunitaria y la venta de una variedad de productos naturales como flores, hierbas medicinales, malvas, planta pimienta, flor de palma, flor de quiote de maguey, quelites, verdolagas, flor de calabaza, gualumbos, zotol; verduras y frutas orgánicas de temporada. Encontramos también instrumentos de cocina tradicionales como molcajetes, tecolotes, ollas de barro, estropajos de ixtle, utensilios hechos de madera y herramientas para el cultivo.

Tulancingo de Bravo

Tulancingo es un municipio con una riqueza gastronómica extraordinaria, con platillos típicos que satisfacen los paladares de visitantes y turistas.

El platillo típico de Tulancingo es el Guajolote, por lo cual los tulancinguenses se sienten orgullosos de contar con este verdadero manjar.

Tradición y origen: La noche de un 24 de diciembre, unos ingenieros que trabajaban en la electrificación de la ciudad, salieron a buscar algo para cenar al terminar sus labores. Caminando por las calles dieron por casualidad con el negocio de una señora; como ya era noche, la dueña no tuvo mucho que ofrecerles y decidió prepararles algo similar a una torta con los pocos ingredientes que tenía. Los ingenieros probaron y les gustó mucho e hicieron el comentario que al no haber tenido cena de Navidad, para ellos éste era su pavo o su ¨guajolote¨. Es así que este rico antojito tulancinguense obtuvo su nombre.

El guajolote es una torta rellena de enchiladas con frijoles, el tradicional se elabora con huevo o pollo; y actualmente también se prepara con carne asada, salchicha, milanesa, jamón, y una gran variedad de ingredientes al gusto del comensal.

Actualmente en Tulancingo se encuentran famosas cocinas tradicionales y diversos establecimientos con precios accesibles, para que los visitantes degusten este exquisito platillo.

Otros platillos que se consumen son, el mole de la Comunidad de Santa Ana Hueytlalpan, quesos originarios como el de tenate, manchego y botanero, la barbacoa, tulancingueñas, los molotes, (frituras de maíz rellenas de papa, frijol o carne), chilaquiles de amaranto y los tlacoyos rellenos de alberjón. También hay guisos a los que les han dado su toque especial como las enchiladas de charola que no se sirven dobladas, sino extendidas; los esquites que pueden ser hervidos o fritos.

 

No puede faltar el pan tradicional de Tulancingo; las bicicletas y las burras, que incluso fuera de la región son conocidas como “bicicletas y burras de Tulancingo”.

Por esta riqueza gastronómica en el año 2017 y a convocatoria de la secretaría de turismo del Estado de Hidalgo, participó y obtuvo el distintivo “Pueblos con Sabor” distintivo que reconoce las localidades que se distinguen por preservar y promover la gastronomía tradicional.

Si eres amante del turismo gastronómico, definitivamente Tulancingo te ofrece una experiencia sin igual ya que cuenta con excelente infraestructura turística además de un sin fin de festivales, como por ejemplo: el festival gastronómico “Raíces” que se celebra cada año en el mes de marzo; el festival del queso que se celebra en el mes de octubre, el festival y concurso del mole de guajolote que se celebra en la comunidad de Santa Ana Hueytlalpan evento gastro-turístico y cultural que forma parte de la celebración del día de muertos. Y por supuesto el festival del guajolote que se realiza año con año en el mes de diciembre, por citar algunos.

Omitlán de Juárez

En el Municipio de Omitlán de Juárez se mantiene viva la cocina tradicional ya que sus habitantes la conservan y la protegen. La forma de cocinar y comer hunde sus raíces en el pasado ya que las recetas con la que se preparan los alimentos tienen su origen desde los primeros pobladores quienes aprovechaban los productos de la región. Esto se ha ido transmitiendo de generación en generación.

La recolecta de los principales ingredientes se adentran en el territorio omitense haciéndolos únicos en la región.

Por esta razón, Omitlán de Juárez es orgullosamente “Pueblo con Sabor” gracias a la preservación de la cocina tradicional y la elaboración de utensilios para preparar los platillos entre otras cosas.

 

Omitlán de Juárez es rico en gastronomía muy en especial por el cahuiche, un fruto silvestre que se da en los bosques Omitenses, por lo que los pobladores han hecho una variedad de productos para ofrecer a los visitantes, cada año en el mes de noviembre llevan a cabo su Festival Gastronómico del Cahuiche.

Mermeladas, atoles y mole son algunos de los alimentos que se ofrecen, en los cuales el ingrediente principal es el Cahuiche. Además, los hongos silvestres y la manzana también forman parte de la gastronomía de este Pueblo con Sabor.

Los domingos de plaza en Omitlán de Juárez son únicos conseguirás encontrar frutas y verduras frescas recolectadas por manos omitenses.

Acaxochitlán

Este municipio se encuentra ubicado en la región conocida como Sierra Oriental de Hidalgo y forma parte de los 7 “Pueblos con Sabor”, que obtuvieron su denominación desde el año 2017, gracias a que goza de prestigio en la preparación de alimentos y se destacan por elaborar uno o más platillos típicos.

Acaxochitlán cuenta con una rica gastronomía, destacando los molotes, que son un antojito frito de masa de maíz teñida con chile guajillo, de forma ovoide, el cual se rellena con papa sazonada con chile, perejil y cebolla, y se puede servir con salsa, lechuga, cilantro o col, cebolla y queso. Los puedes disfrutar todo el año. También encontrarás tlacoyos, meminques, pipián, y chocolate de metate.

Otro platillo típico de temporada son los hongos, que las nanacateras se encargan de seleccionar cuidadosamente para ser sazonados de diferentes formas y con diferentes ingredientes, producto de recetas transmitidas de generación en generación y que podrás degustar en el festival del hongo que año con año se realiza.

Y qué decir de los exquisitos vinos de frutas, como el de acachul, manzana, ciruelo, capulín, zarzamora y otras frutas de la región, que constituyen el maridaje perfecto a tan suculentos platillos, los cuales podrás adquirir si acudes a la feria de la manzana o en alguna de las fábricas del lugar, donde encontrarás también conservas y mermeladas.

 

Destaca también el pan tradicional de Acaxochitlán, algunos de estos son la cuelga, frecuentemente utilizada como obsequio de cumpleaños. El pan cruzado, abocado a las festividades del día de muertos y que se utiliza en las ofrendas de limpia, que se depositan en los ríos, montañas, cruces de caminos y espacios sagrados, y en pedidas de matrimonio y en ofrendas para imágenes sagradas.

Otro pan típico es el muñeco de pan, que se ofrece en las ceremonias y festividades matrimoniales y que es una pieza de pan con forma humana, este pan está elaborado con masa de hueso blanca, pasta blanca y masa de hueso negra que se pinta con tizne de la chimenea. Simboliza la fertilidad y puede obsequiarse como presente durante las bodas tradicionales. También se encuentra el pan cuate, que más que comerse, afianza una relación de amistad y compadrazgo al obsequiarse. Por esto y más Acaxochitlán es orgullosamente “Pueblo con Sabor”.

Con información de Hidalgo Travel

 

 

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