Una denuncia ciudadana llevó a inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) hasta un comercio de mascotas en Aguascalientes el pasado 17 de julio.
Lo que encontraron ahí sorprendió incluso a los especialistas: 55 ejemplares vivos de fauna silvestre, tanto nacional como exótica, sin documentos que acreditaran su procedencia legal.
Entre los animales había especies protegidas por la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, lo que agravó la situación y derivó en un aseguramiento inmediato.
Hallazgo de animales silvestres protegidos

En total, los inspectores identificaron 20 especies distintas. Entre ellas, el emblemático ajolote mexicano (*Ambystoma mexicanum*), listado en la NOM-059 y en el Apéndice II de la CITES.
TAL VEZ TE INTERESE: Diputada golpea a animales vivos dentro de una piñata en Campeche

También encontraron iguanas verdes, tarántulas rodilla roja, ranas de cristal, camaleones, serpientes y tortugas. Muchas de estas especies están incluidas en normativas de protección debido a su vulnerabilidad o peligro de extinción.
El establecimiento contaba con peceras, terrarios y jaulas para exhibir a los animales, pero carecía de un plan de manejo autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

En total, se decomisaron 12 contenedores junto con los ejemplares. El procedimiento jurídico administrativo ya está en marcha, conforme a la Ley General de Vida Silvestre, y podría implicar sanciones económicas y restricciones para el negocio.
Un llamado a la responsabilidad

Profepa aprovechó el caso para emitir un mensaje a la población: antes de comprar un animal silvestre, hay que asegurarse de que el vendedor presente la documentación oficial que acredite su procedencia legal.
En el caso de especies exóticas, se requiere además un plan de manejo aprobado por la Semarnat.
Las autoridades recordaron que el tráfico ilegal de fauna es una de las principales amenazas para la biodiversidad en México. Operativos como este buscan frenar esa práctica y proteger a las especies que hoy están en riesgo.
El caso de Aguascalientes deja claro que la participación ciudadana es clave. La denuncia anónima que lo originó permitió rescatar a decenas de animales y evitar que siguieran en el comercio ilegal.