En un esfuerzo por proteger a los consumidores y garantizar que obtengan lo que pagan, la Profeco ha realizado un estudio exhaustivo que identifica las marcas de tequila, vodka, whisky y brandy de bajo precio que no cumplen con lo que prometen en sus etiquetas. El estudio, publicado en la Revista del Consumidor, revela resultados sorprendentes sobre 41 marcas de destilados y licores asequibles.
Profeco desenmascara a marcas de alcohol
El problema del consumo excesivo de alcohol es una preocupación mundial, y México no es la excepción. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha trabajado en estrategias para reducir el consumo de alcohol, incluyendo recomendaciones como aumentar los impuestos sobre las bebidas alcohólicas y restringir la publicidad de alcohol en medios de comunicación.
En el mercado mexicano, se encuentran diversas bebidas alcohólicas a precios accesibles, lo que facilita su adquisición, pero también puede plantear problemas de calidad y autenticidad. La Profeco se centró en estas bebidas económicas, que incluyen ron, vodka, whisky, brandy, charanda y ginebra, y descubrió importantes hallazgos.
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El estudio analizó minuciosamente 343 pruebas en 41 marcas de alcohol, verificando su cumplimiento con las normativas gubernamentales y de seguridad. Se evaluaron aspectos como la información en la etiqueta, el contenido neto, el porcentaje de alcohol, el contenido de azúcares, componentes volátiles y más.
Los resultados son alarmantes. Se identificaron marcas que contienen menos producto del declarado, lo que significa que los consumidores no obtienen la cantidad que creen estar comprando. Además, algunas marcas no cumplen con los requisitos mínimos para ser denominadas “licores”, mientras que otras no tienen el contenido alcohólico que indican en sus etiquetas.
Entre las marcas que no cumplieron con las normativas se encuentran El Mezcalito de Tonaya (Licor de caña), Llano Escondido (Licor de agave), Karenki (Ginebra), El Tarasco (Charanda Oro), Karenki (Vodka) y Zaverich PREMIUM (Vodka). Estas marcas contenían menos producto de lo que declaraban en sus envases.
Además, hubo bebidas que no cumplían con el mínimo de porcentaje de azúcares para ser consideradas “Licores”, como El León Dorado (Licor de caña), El Compadre (Licor de agave Reposado), Vertigo (Licor de agave), Paloma Blanca (Licor de agave) y El Compadre (Licor de agave Cristalino Reposado).
Por otro lado, algunas marcas no alcanzaban el contenido alcohólico declarado en sus etiquetas, lo que afecta la calidad del producto y la experiencia del consumidor. El Compadre (Licor de agave Cristalino Reposado), El León Dorado (Licor de caña), No te Rajes (Licor de caña oro) y Rancho Escondido (Licor de agave con sabor a tamarindo picante) fueron algunas de las marcas afectadas.
El estudio también reveló que ciertas marcas no coincidían con sus afirmaciones publicitarias. Por ejemplo, El Mezcalito de Tonaya y Tonayán, que ostentan el símbolo de ANIDA, la Asociación Nacional de Industriales Derivados del Agave, en realidad son licores de caña. Del mismo modo, Valle Viejo, que afirma ser “con los mejores destilados”, no pudo demostrar esta afirmación. El vodka Oso Negro, que se autodenomina el “número uno en México”, tampoco pudo respaldar su declaración.
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Este estudio de la Profeco sirve como un recordatorio de la importancia de la transparencia y la calidad en la industria de bebidas alcohólicas. Los consumidores tienen el derecho de saber lo que están comprando y de confiar en la información proporcionada en las etiquetas de los productos que consumen. Además, destaca la necesidad de regulaciones más estrictas y una supervisión continua de la industria para garantizar la seguridad y la satisfacción de los consumidores.