Los cineastas franceses Benoît Jacquot y Jacques Doillon se encuentran desde este lunes bajo custodia policial tras ser acusados de violencia sexual por actrices como Judith Godrèche, según informa la agencia AFP, que cita fuentes próximas al caso.
Jacquot “podrá por fin hablar ante la justicia”, ha afirmado su abogada Julia Minkowski, quien ha criticado la “cuestionable” detención policial. Para Marie Dosé, defensora de Doillon, “ningún criterio jurídico puede justificar esta medida”, 36 años después de los hechos denunciados por Godrèche.
La letrada insiste en que su cliente debería haber hablado ante las autoridades en libertad, teniendo en cuenta la antigüedad de los hechos. Las dos abogadas denuncian los “ataques a la presunción de inocencia” de sus clientes y la repercusión mediática de estas medidas, según recoge la prensa gala.
La intérprete Judith Godrèche, que hoy tiene 52 años, les acusa de haberla violado cuando era adolescente. El mismo Jacquot había hablado en público de la relación que mantuvo con la actriz cuando él tenía 40 años y ella apenas 15. Godrèche rompió el silencio el pasado mes de febrero y denunció al director, ganador de tres premios César, el equivalente francés al Goya, por Adiós a la reina. La actriz señaló también a Doillon, autor, entre otras películas de La chica de 15 años, por dos episodios de abusos. Después de ella, varias otras actrices han acusado de violencia sexual a ambos directores.
Jacquot negó las acusaciones en una entrevista con el diario Le Monde y se justificó alegando que la mayoría de edad sexual en el momento de los hechos denunciados era de 15 años y que la relación con la actriz había sido puramente amorosa.
Godrèche fue una de las actrices que en 2017 denunció un intento de violación por parte del productor estadounidense Harvey Weinstein y contribuyó así a iniciar el movimiento MeToo. En la pasada edición de los premios César, dijo en su discurso: “¿Será posible que miremos la verdad a la cara? ¿Que asumamos nuestras responsabilidades? ¿Ser los actores de un mundo que se cuestiona? Hace tiempo que hablo y hablo, pero no los escucho, o los escucho apenas. ¿Dónde están? ¿Qué dicen?”. Y preguntaba: “¿Por qué aceptar que este arte que nos une sea utilizado como un tráfico ilícito de chicas?”.
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Semanas después, en el festival de Cannes, Godrèche estrenó Moi Aussi (MeToo), un cortometraje de 17 minutos, cuya relevancia era más social que cinematográfica. Se proyectó como prólogo de la película inaugural —la islandesa Ljósbrot, de Rúnar Rúnarsson— de la sección Una cierta mirada y respondía, según Godrèche, a la promesa que le hizo a las 5.000 víctimas que se pusieron en contacto con ella entre el 7 de febrero de este año, cuando la actriz denunció que fue violada y agredida de adolescente por los directores Benoît Jacquot y Jacques Doillon, y el 23 de marzo, fecha en la que convocó a todas las personas que conectaron con ella a través del correo que habilitó poco después de hacer pública su agresión sexual. De las 5.000, acudieron a la cita un millar, de todas las edades y condiciones.
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Con información de EL PAIS