La famosa Pig Beach, conocida como Playa Cochinos, dejó de existir tras la desaparición de sus ocho cerditos residentes y muchos estan lamentando este triste suceso.
Este peculiar atractivo turístico, ubicado en un rincón del puerto frente a la Décima Tercera Zona Naval, cerró sus puertas el pasado 5 de octubre ante la amenaza del huracán “Milton”, y hasta el momento no ha reabierto debido a los daños que ocasionó el fenómeno natural.
La historia de Pig Beach
Pig Beach surgió en agosto de 2021 como una propuesta innovadora para revitalizar una playa abandonada y convertirla en un destino familiar único. En su momento, la Policía Ecológica, encabezada por el comandante Obdulio Delajney Mena Sánchez, rescató a ocho cerditos y, a partir de su adopción, nació la idea de transformar la playa en un lugar de convivencia con estos animales.
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Inspirado en la famosa Pig Beach de las Bahamas, este espacio no solo se convirtió en un sitio recreativo, sino también en una granja didáctica que promovía la educación ambiental.
El lugar fue todo un éxito. Familias enteras acudían a la playa para disfrutar de una experiencia diferente, interactuando con los cerditos en la arena y el agua. Esta iniciativa no solo trajo alegría a los visitantes, sino que también dio un impulso económico al puerto, atrayendo tanto a turistas nacionales como internacionales.
Además, el proyecto significó la limpieza de toneladas de desechos en la playa, logrando convertir un espacio deteriorado en un destino ecológico y responsable.
Daños tras el paso de huracán Milton
Sin embargo, el paso de “Milton” cambió el panorama. La playa sufrió daños significativos y, tras la evacuación, los cerditos no volvieron a aparecer. La zona permanece acordonada con cinta amarilla y bajo vigilancia de la policía municipal para evitar que los curiosos ingresen, mientras la comunidad local sigue esperando una resolución sobre el futuro de Pig Beach.
El contraste entre el pasado vibrante y la actual desolación del lugar es notable. La playa, que antes se llenaba de risas y actividades familiares, hoy yace silenciosa y cerrada al público.
Aunque no se han dado detalles sobre el destino final de los cerditos, el cierre de Pig Beach marca el fin de una iniciativa que transformó no solo un espacio físico, sino también la dinámica turística y ambiental de la zona.
La comunidad espera que, en algún momento, se recupere este atractivo o se impulse otro proyecto similar que honre el espíritu de convivencia y responsabilidad ecológica que caracterizó a Pig Beach.