Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y de la Universidad de Kioto, en Japón, han desarrollado una tecnología que podría revolucionar la seguridad alimentaria global: parches transparentes con virus bacteriófagos capaces de eliminar bacterias dañinas en carnes, frutas y verduras sin alterar su sabor ni textura.
El avance, publicado en la revista Nature Biotechnology, consiste en una película biodegradable impregnada con fagos —virus que infectan y destruyen bacterias específicas— que puede colocarse sobre los alimentos durante su almacenamiento o transporte. “Funciona como una barrera viva: neutraliza microorganismos en tiempo real sin necesidad de conservadores químicos”, explicó el investigador principal, Dr. Takashi Watanabe.
A diferencia de los desinfectantes industriales, los parches actúan de forma selectiva, atacando solo bacterias nocivas como Salmonella, Listeria o E. coli. Esto significa que la microbiota natural de los alimentos, esencial para su sabor y digestión, se mantiene intacta.

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“Estamos usando virus buenos para combatir bacterias malas”, bromeó Watanabe durante la presentación del proyecto. Los fagos utilizados fueron modificados genéticamente para mejorar su estabilidad y resistencia a las variaciones de temperatura. En pruebas de laboratorio, los parches lograron reducir un 99.9% de la carga bacteriana en menos de dos horas.
El equipo de investigación también desarrolló sensores integrados que cambian de color cuando detectan la presencia de bacterias, lo que permitiría a los consumidores saber si un alimento está contaminado antes de consumirlo. “Podría convertirse en el nuevo estándar de seguridad alimentaria”, señaló la doctora Laura Kim, microbióloga del MIT.
El proyecto ha despertado el interés de grandes corporaciones alimentarias en Asia, Europa y América del Norte. Empresas como Nestlé y Toyota FoodTech ya han iniciado acuerdos para realizar pruebas piloto en productos empacados. Además, el sistema podría reducir drásticamente el desperdicio de alimentos, uno de los mayores desafíos ambientales del siglo XXI.
Sin embargo, el uso de virus en alimentos no está exento de controversia. Algunos grupos de consumidores han expresado dudas sobre su inocuidad, aunque los investigadores aseguran que los fagos empleados no representan ningún riesgo para los humanos. “Estos virus existen en la naturaleza desde hace millones de años; simplemente los estamos aprovechando de forma controlada”, aclaró Watanabe.

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Los próximos pasos incluyen pruebas regulatorias en Estados Unidos, Japón y la Unión Europea. Si los resultados se mantienen, los parches podrían llegar al mercado en 2027. “Estamos frente a una herramienta poderosa contra las infecciones alimentarias y la crisis del desperdicio”, concluyó Kim.
Este avance combina ciencia y sostenibilidad, recordándonos que a veces la respuesta más moderna proviene de los mecanismos más antiguos de la naturaleza.



