En una mesa gigante en Sao Paulo, Brasil, adolescentes organizan calcomanías que rinden homenaje a sus estrellas de futbol favoritas.
En el período previo a la Copa del Mundo de este mes en Qatar, el escenario más grande para el deporte más popular del planeta, los adhesivos de edición especial son un recuerdo preciado para cualquier joven fanático en este país sudamericano loco por el futbol.
Sin embargo, para estos adolescentes, el objetivo es regalarlas.
“Las calcomanías son muy caras”, dijo Allan Cohen, de 15 años, quien inició una iniciativa para donar “estampitas” a jóvenes pobres de Brasil.
“Creo que todo el mundo tiene derecho a llenar su álbum con las pegatinas”, dijo.
La idea solidaria de Cohen se volvió viral y obtuvo un importante apoyo de jugadores como Tchê Tchê y el arquero Carlos Miguel, quienes grabaron videos apoyando la donación.
“Es algo que se está haciendo cada vez más grande”, dijo el voluntario Felipe Len.
Coleccionar estampas, que tienen el tamaño de una tarjeta de presentación, es una locura mundial entre los fanáticos del futbol antes del partido inaugural de la Copa del Mundo el 20 de noviembre en Qatar, pero para muchos aficionados, la inflación y las dificultades económicas los mantienen fuera de su alcance.
Comprar el álbum completo de 670 calcomanías costaría un mínimo de 548 reales, unos 108 dólares, casi el salario de un mes para muchas familias brasileñas empobrecidas.
Brasil tiene una de las brechas más amplias entre ricos y pobres en América Latina y casi una quinta parte de su población vive en la pobreza, según datos de Naciones Unidas.
“Nunca compré ninguno porque literalmente no tenemos dinero”, dijo Ana Julia, de 13 años, a quien le temblaban las manos cuando abrió un paquete de stickers.
Las pegatinas brindan más que un momento de alegría o meros recuerdos del futbol, dijo Beila Schapiro, vocera del proyecto.
“También estamos permitiendo que los niños tengan las mismas oportunidades”, dijo.
Con información de Reuters