¿Por qué los niños aprenden más cuando repiten cuentos o episodios una y otra vez?

Los especialistas destacan que este patrón no solo es habitual, sino también muy beneficioso desde el punto de vista del aprendizaje y del bienestar emocional infantil

¿Por qué los niños aprenden más cuando repiten cuentos o episodios una y otra vez?

¿Por qué los niños aprenden más cuando repiten cuentos o episodios una y otra vez?

Repetir el mismo episodio de una serie infantil o releer un cuento noche tras noche es una conducta extremadamente común en los hogares con niños pequeños. Aunque puede resultar agotador para los padres, los especialistas destacan que este patrón no solo es habitual, sino también muy beneficioso desde el punto de vista del aprendizaje y del bienestar emocional infantil.

La razón de la familiaridad

Los niños utilizan la repetición como una herramienta para entender mejor el mundo que les rodea. Según los psicólogos Javier Aguado‑Orea y Diarmuid Verrier, el cerebro infantil está diseñado para identificar patrones repetitivos en el ambiente—a través de un mecanismo llamado “aprendizaje estadístico”—lo cual facilita la comprensión de aquello que ocurre con frecuencia. Por ejemplo, cuando escuchan las mismas palabras, sonidos o frases en inglés como “the”, “and” o “-ing”, su mente empieza a reconocer y predecir estas combinaciones—una base primordial para el desarrollo del lenguaje.

Repetición = profundización

Cada vez que un niño retoma el mismo contenido—sea un cuento o un episodio de caricatura—se produce una oportunidad adicional de procesamiento. No se trata solo de divertirse con lo familiar, sino de volver a integrar la información, discernir nuevos detalles y afianzar la comprensión general. Las repeticiones permiten consolidar lo aprendido, facilitando la memoria a largo plazo y reforzando conexiones neuronales.

Consuelo emocional y sensación de control

Más allá del ámbito cognitivo, la repetición genera una sensación de confort, seguridad y control emocional, lo que algunos estudios llaman “efecto bienestar”. En un mundo repleto de estímulos nuevos y retos constantes, los niños encuentran refugio en lo conocido. Esta contancia actúa como un amortiguador que calma la ansiedad ante lo desconocido, brindando un entorno tranquilizador donde es fácil anticipar lo que viene y sentirse competente.

Repetición versus novedad: ¿Por qué no ambos?

Aunque en un principio los más pequeños prefieren lo familiar, con el tiempo y una mayor capacidad cognitiva, su curiosidad se expande hacia lo novedoso. Sin embargo, mientras aún están en proceso de desarrollo, la familiaridad juega un papel clave. Enseñarles a encontrar variedad temática dentro de lo que les gusta puede ser útil: distintos cuentos del mismo autor o versiones alternativas del mismo tema pueden mantener el interés sin romper con la línea de confort.

¿Qué pueden hacer los padres?

Este anhelo de repetición no es capricho: es un mecanismo de aprendizaje profundo y una estrategia emocional para regular el mundo interior del niño. Cada vez que vuelven al mismo cuento o episodio, procesan la historia con mayor riqueza, afianzan su lenguaje y fortalecen su bienestar. En lugar de verlo como un obstáculo, considerarlo una oportunidad educativa puede convertir una rutina agotadora en una poderosa herramienta de crianza.

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