Desde siempre, han existido felinos que presentan enanismo. Esta mutación genética no es algo novedoso y, al igual que cualquier anomalía hereditaria, puede manifestarse de manera natural sin intervención humana alguna, este es el caso de los Munchkin. En 1944, un veterinario documentó el caso de cuatro generaciones de gatos domésticos que presentaban esta condición, conocida técnicamente como acondroplasia. Esta enfermedad del crecimiento óseo impide el desarrollo adecuado de los huesos y cartílagos, afectando principalmente a las extremidades, que resultan más cortas en comparación con la cabeza y el tronco.
¿Cómo surgen los Munchkin?
Hasta el año 1983, estas líneas con una mutación genética espontánea causada por un gen autosómico dominante solían desaparecer de manera natural, ya que los gatos que la padecían eventualmente fallecían. Sin embargo, en ese año, una profesora en Luisiana, Estados Unidos, encontró una gata preñada con enanismo. Al dar a luz, tuvo una camada mixta de gatitos normales y gatitos que heredaron el rasgo materno de patas cortas. Lejos de dejarlo así, la profesora inició un programa de cría con estos gatitos, de los cuales desciende la actual raza munchkin. La presentación oficial de esta raza en 1991 generó una intensa controversia y críticas en el mundo de la cría felina, con defensores y detractores que continúan debatiendo hasta el día de hoy. Solo dos asociaciones felinas reconocen al munchkin como raza: The International Cat Association (TICA) y Southern Africa Cat Council (SACC).
Los riesgos para la salud de estos gatos son tan significativos que TICA prohíbe la reproducción entre dos munchkins, ya que la mortalidad de la camada es del 100% si ambos progenitores portan el gen munchkin. Por lo tanto, los munchkins se cruzan con gatos domésticos comunes, sin raza específica, para que su condición genética se transmita a una camada que tendrá tanto gatitos normales como gatitos con enanismo.
Problemas de salud de los Munchkins
Además, se está investigando un comportamiento conocido como trastorno de acumulación que padecen algunos animales y que parece ser frecuente en los munchkins. Esta compulsión por coleccionar objetos y reunirlos en un lugar específico, como su cesta o cualquier otro rincón, suele estar asociada al estrés. El esfuerzo dirigido a acaparar cosas alivia ese estado anímico temporalmente. En el caso de los munchkins, no es descabellado suponer que este estrés proviene de su condición física, que les impide realizar ciertas actividades instintivas comunes en los felinos domésticos, como saltar. Por esta razón, dado que hay una demanda por los munchkins y no parece que se vayan a prohibir en el corto plazo, se recomienda a los propietarios que dediquen tiempo extra al enriquecimiento ambiental con juegos adecuados para cubrir su necesidad de ejercicio y estimulación mental, evitando así problemas de comportamiento.
En cuanto a la apariencia, se aceptan todos los colores y patrones que existen en la genética del gato doméstico, y también existe una variedad de pelo semilargo que comparte el mismo estándar. Debido a sus cruces con gatos domésticos comunes, su personalidad es muy variada y no responde a un perfil de conducta específico resultante de una selección particular. En lo que respecta a su convivencia con niños pequeños u otros animales, se aconseja una supervisión constante para evitar que un munchkin pueda ser lastimado debido a una manipulación o juego brusco.