La reina emérita Sirikit de Tailandia, madre del actual monarca Maha Vajiralongkorn, falleció este viernes a los 93 años, según informó el palacio real en un comunicado oficial. Sirikit fue esposa del rey Bhumibol Adulyadej, el monarca que más tiempo reinó en el país asiático, y una de las figuras más queridas de la nación.
“El estado de salud de su majestad empeoró hasta el viernes y falleció a las 21:21 horas en el hospital Chulalongkorn”, precisó el comunicado. La reina había enfrentado diversos problemas de salud desde 2019, incluida una infección sanguínea reciente.
La reina Sirikit, una figura icónica en Asia

Conocida en su juventud como la “Jackie Kennedy de Asia”, Sirikit fue símbolo de elegancia y modernidad. Su matrimonio con Bhumibol en 1950 marcó el inicio de una era en la que la monarquía tailandesa reforzó su vínculo con el pueblo. Juntos representaron la estabilidad del país durante décadas de cambios políticos y sociales.
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La pareja real fue admirada no solo por su influencia política y cultural, sino también por su compromiso con causas sociales. Sirikit impulsó programas de ayuda para comunidades rurales y proyectos dedicados a preservar el arte y la tradición tailandesa.
Luto nacional en Tailandia

El fallecimiento de la reina madre marca el inicio de un periodo de duelo nacional, en el que se espera una oleada de homenajes por todo el país. Su muerte revive el recuerdo del largo luto que siguió al fallecimiento de su esposo en 2016, cuyo funeral se convirtió en uno de los eventos más solemnes en la historia reciente de Tailandia.
Aunque llevaba años retirada de la vida pública tras sufrir un derrame cerebral, su imagen seguía presente en la vida cotidiana de los tailandeses. Retratos suyos, enmarcados en oro, decoran templos, escuelas y edificios oficiales, reflejando el profundo respeto hacia su figura.

Sirikit, cuyo cumpleaños el 12 de agosto coincide con el Día de la Madre en Tailandia, deja un legado de elegancia y devoción al servicio real. En las décadas de 1960 y 1970, su carisma la llevó a conocer a líderes mundiales y celebridades como Elvis Presley, consolidando su estatus como una de las reinas más admiradas del siglo XX.

Su fallecimiento representa el fin de una era para Tailandia, donde la monarquía sigue siendo un pilar espiritual y simbólico en la identidad nacional.



