Un debut que prometía ser memorable terminó en tragedia en la Plaza de Toros de Campo Pequeño, en Lisboa. Manuel María Trindade, un joven de 22 años del Grupo Forcados Amateur de São Manços, murió el pasado 23 de agosto tras ser embestido por un toro de 695 kilogramos durante una corrida.
De acuerdo con medios locales, el joven forcado fue lanzado contra las tablas de la arena y quedó inconsciente. Sus compañeros y banderilleros lograron distraer al toro para trasladarlo a la sala de emergencia del recinto, donde recibió atención médica inmediata antes de ser llevado de urgencia al Hospital São José con ventilación asistida.
En el hospital se le diagnosticó muerte cerebral y, pese a los esfuerzos médicos, también sufrió un paro cardiorrespiratorio que terminó con su vida.
Una doble tragedia en la plaza
El drama no solo se vivió en la arena. Vasco Morais Batista, un hombre de 73 años que presenciaba la corrida desde las gradas, falleció tras sufrir un aneurisma aórtico. Paramédicos de la Cruz Roja lo trasladaron al Hospital Santa María, pero los intentos por salvarlo resultaron en vano.
TAL VEZ TE INTERESE: Toro desprende el rostro de un hombre en una feria de Veracruz
La Asociación Nacional de Grupos de Forcados lamentó profundamente la muerte de Trindade y envió sus condolencias a su familia. “Que el recuerdo y el ejemplo de valentía de Manuel María Trindade permanezcan vivos en el corazón de todos los que lo conocieron y admiraron”, expresaron en un comunicado.
Debate sobre la tauromaquia
El fallecimiento del joven reavivó el debate en torno a las corridas de toros en Portugal. El partido Personas-Animales-Naturaleza (PAN) presentó un proyecto en la Asamblea de la República para suspender estos espectáculos en Campo Pequeño y convertir la plaza en un recinto cultural y deportivo.
La diputada Inês de Sousa Real calificó la tauromaquia como una práctica “anacrónica y violenta” que pone en riesgo tanto a los animales como a los humanos. El PAN recordó que, solo entre el 22 y 24 de agosto, murieron 30 toros en corridas autorizadas.
La voz de la familia
Alzira Beringel, madre del forcado, respondió con dureza al partido político. En una carta publicada en Facebook defendió la tradición de los forcados, asegurando que estos “manejan al toro con arte” y nunca lo hieren.
“Mi hijo pertenecía a un grupo de hermanos que llevan la chaqueta con honor y valentía. Hoy espero en casa que me entreguen el cuerpo de mi ‘Chico de Oro’”, escribió.
Beringel también reveló que los órganos de su hijo fueron donados, logrando salvar siete vidas.
