¡Pobre perrito! El pasado 22 de julio, “Duke”, uno de los fieles guardianes de la zona arqueológica de Chichén Itzá, concluyó su misión de 14 años al fallecer debido a una enfermedad.
Su cuidador, José Antonio Keb Cetina, compartió la triste noticia en redes sociales, destacando la dedicación y alegría de “Duke” durante su tiempo como protector del sitio.
“Siempre lo recordaré como un excelente guardián, alegre, juguetón… confío en volver a encontrarnos en esta o en otra vida”, escribió Keb Cetina en un emotivo mensaje.
“Operación Rescate de Perritos de Chichén Itzá”
En la zona arqueológica del municipio de Tinum, Yucatán, se encuentra la majestuosa pirámide escalonada conocida como “El Castillo”. Aquí, “Duke” no estaba solo en su labor; otros guardianes caninos como “Osita”, “Cachimba” y “Pinto”, conocidos como los “perros sagrados de Kukulcán”, también resguardan este importante sitio histórico.
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Desde julio de 2019, se lleva a cabo la “Operación Rescate de Perritos de Chichén Itzá”, con el apoyo del Patronato CULTUR Yucatán, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y cuatro asociaciones de defensa animal.
Esta iniciativa ha asegurado que los perros guardianes sean vacunados, esterilizados y desparasitados, permitiéndoles convivir libremente con los visitantes. Estos perritos no solo vigilan la pirámide, sino que también han proporcionado un valioso apoyo emocional a Keb Cetina.
Los guardianes caninos de Chichén Itzá son una parte integral de la experiencia para los visitantes, quienes a menudo pueden verlos desde la cima de la pirámide del Chichén Itzá, recibiendo y despidiendo el sol.
Keb Cetina comparte regularmente imágenes de estos momentos en redes sociales, lo que ha contribuido a la popularidad de estos perros entre los turistas y en las plataformas digitales.
La importancia de los perros en la cultura maya no es nueva. Durante el periodo clásico maya, los muertos a menudo eran enterrados junto a animales, casi siempre perros, lo que subraya el valor de estos compañeros caninos para los antiguos mayas. La partida de “Duke” ha llenado de luto a Yucatán, ya que su figura representaba no solo un guardián de la historia, sino también un símbolo de lealtad y compañerismo.
La muerte del perrito cuidador de Chichen Itzá
“Duke” ahora ha cruzado el camino del arcoíris, pero su legado como guardián de Chichén Itzá perdurará en la memoria de todos aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerlo y admirarlo.
La comunidad y los visitantes continuarán recordando a “Duke” por su incansable labor y su espíritu alegre que, durante 14 años, vigiló uno de los sitios arqueológicos más emblemáticos del mundo.