Con un mensaje cargado de amor, Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, anunció el fallecimiento de su inseparable compañero, Beast, un perro de raza Puli que durante más de una década fue parte central de su vida familiar y digital. La noticia se dio a conocer el domingo 29 de junio a través de su propia cuenta, con la emotiva frase: “Disfruta el cielo, pequeño”.
Beast no fue una mascota común. Su pelaje esponjoso, su carisma y su constante presencia en redes sociales lo convirtieron en un verdadero ícono digital. Desde que llegó al hogar de Zuckerberg y su esposa Priscilla Chan, fue considerado un miembro más de la familia, protagonizando múltiples fotografías, publicaciones y momentos entrañables.
La muerte de Best, la mascota de Mark Zuckerberg

La popularidad de Beast comenzó cuando Zuckerberg creó para él un perfil en Facebook que rápidamente alcanzó miles de seguidores. Más tarde, su página oficial superó los dos millones de fans.
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Su aspecto peculiar —un pelaje tan denso que parecía un “mechudo flotando”— lo volvió irresistible para los usuarios, que disfrutaban cada nueva aparición del perro en las plataformas del multimillonario.
Beast fue un ejemplo claro del vínculo entre humanos y animales en la era digital. Las publicaciones de Zuckerberg mostraban escenas cotidianas, desde momentos en familia hasta graciosas instantáneas de Beast saltando, lo que humanizaba al creador de Facebook y fortalecía su conexión con el público.

Una despedida que conmovió a millones
Aunque no se ha revelado la causa de su muerte, la pérdida de Beast marca el fin de una etapa en la vida personal de Mark Zuckerberg. Para muchos, su partida representa también un momento emotivo para quienes siguieron sus aventuras durante años en redes sociales.
El fenómeno de perfiles para mascotas, como el de Beast, refleja la creciente integración de los animales en la vida digital. Más allá de su papel como figura pública, Beast fue, ante todo, un símbolo de amor, compañía y alegría.

Con su partida, la comunidad virtual despide a un perro que, sin decir una palabra, dejó una gran huella en millones de corazones.