¡Pobre abuelito! Un trágico suceso se registró la mañana del 1 de noviembre en el Cementerio Privado Jardín del Rosario, en Tancol, Tamaulipas, cuando un hombre de 73 años perdió la vida mientras limpiaba la tumba de su hijo, en compañía de sus familiares.
La jornada de conmemoración se convirtió en un escenario de tristeza y consternación para sus seres queridos al sufrir, presuntamente, un paro cardiaco que lo dejó sin vida en el lugar.
La muerte del abuelito en un panteón de Tamaulipas
Según los reportes, alrededor de las 9:20 de la mañana, el sistema de emergencias 911 recibió una llamada alertando sobre un adulto mayor con complicaciones de salud en el cementerio.
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Inmediatamente, los cuerpos de auxilio se trasladaron hasta el lugar, con la intención de brindarle atención médica. Sin embargo, al llegar, los paramédicos de la Cruz Roja Mexicana solo pudieron confirmar el fallecimiento del hombre, quien ya no presentaba signos vitales.
Los familiares que acompañaban al fallecido en esta fecha tan significativa intentaron ayudarlo en los primeros instantes, mientras esperaban la llegada de los socorristas. La escena fue desgarradora: los familiares, inmóviles y en estado de shock, veían cómo el cuerpo era cubierto, marcando el fin de una visita que jamás imaginaron terminaría así.
Elementos de la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas se hicieron presentes para realizar las diligencias correspondientes. La zona fue acordonada y se inició una investigación sobre el suceso.
Paro cardiaco mataría al ancianito de 76 años
Los peritos, encargados de recabar información y realizar el análisis forense, trasladaron el cuerpo al Servicio Médico Forense (SEMEFO) donde se le practicará la autopsia para confirmar las causas exactas de su muerte, aunque las primeras versiones apuntan a un paro cardiaco fulminante.
Este proceso incluye la entrega de documentos que comprueben la relación familiar de la víctima, tras lo cual el cuerpo será devuelto a sus familiares para su posterior sepultura.
Con el rostro bañado en lágrimas y desconsolados por el inesperado deceso, los acompañantes enfrentaron una doble pérdida en un día destinado para recordar a sus seres queridos.
Este trágico evento resalta la vulnerabilidad y fragilidad humana ante la vida y la muerte, aún en momentos destinados a honrar a quienes ya no están.