Cada año, millones de mariposas monarca, científicamente conocidas como Danaus plexippus, inician una épica travesía que puede durar hasta tres meses. Esta migración las lleva a recorrer entre 2,000 y 4,500 kilómetros desde regiones tan lejanas como Canadá y Estados Unidos hasta los bosques templados ubicados en el centro de México, donde encuentran refugio durante la temporada de hibernación. En su impresionante recorrido, las mariposas atraviesan diversos territorios, entre ellos el estado de Hidalgo, donde hacen una importante parada en sitios naturales que destacan por su riqueza ecológica.
Dentro de Hidalgo, estas mariposas visitan lugares emblemáticos como el Parque Nacional Los Mármoles, el Parque Nacional Mineral del Chico, el Parque Nacional Tula, y la Reserva de la Biosfera de la Barranca de Metztitlán. Estos espacios no solo brindan un descanso a las monarcas en su largo viaje, sino que también son fundamentales para la conservación de su ciclo migratorio, debido a su valor como reservas naturales.
Con la misión de convertir a Hidalgo en un estado “Monarca”, la Comisión Estatal de Biodiversidad de Hidalgo (COESBIOH) está impulsando un ambicioso proyecto denominado “Rescate del Corredor Hidalguense de la Mariposa Monarca”. Este programa no se enfoca únicamente en la protección de la especie, sino que también busca conservar un patrimonio biocultural que contribuye al equilibrio de los ecosistemas y a la biodiversidad. La conservación de estos espacios es esencial no solo para la mariposa monarca, sino para muchas otras especies polinizadoras que dependen de estos entornos.
En su compromiso por salvaguardar estos hábitats, la COESBIOH subraya la importancia del apoyo de los hidalguenses en la preservación de los bosques templados, que juegan un papel crucial como refugio invernal para las monarcas. Hidalgo es actualmente el onceavo estado en México con mayor diversidad de mariposas, albergando 431 especies diurnas, de las cuales 44 son endémicas, lo que significa que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.
El ciclo de vida de la mariposa monarca es fascinante y relativamente corto, de aproximadamente 25 días. Este comienza cuando la hembra deposita sus huevos en las hojas de la planta conocida como algodoncillo (*Asclepias spp.*). De estos huevos nacen pequeñas orugas que, durante unos 14 días, se alimentan de estas hojas hasta transformarse en crisálidas, un proceso que marca su paso a la fase de mariposa adulta. Las monarcas también exhiben dimorfismo sexual: mientras que los machos presentan un distintivo punto negro en sus alas traseras, las hembras carecen de esta marca. Además, el característico colorido de sus alas sirve como una advertencia aposemática para sus posibles depredadores, indicándoles que son tóxicas.
Pese a su gran capacidad de adaptación, las mariposas monarca enfrentan numerosas amenazas, entre ellas la expansión urbana, la tala ilegal, el uso de pesticidas, los efectos del cambio climático y la contaminación. Para enfrentar estos desafíos, la COESBIOH ha implementado el proyecto “Migración de la Mariposa Monarca (Danaus plexippus)”, que incluye acciones como la reforestación con especies de plantas nativas, el monitoreo constante de las poblaciones de mariposas y la creación de jardines y oasis urbanos específicamente diseñados para polinizadores.
A través de la promoción de la educación ambiental y la colaboración activa con las comunidades locales, asociaciones y el gobierno, Hidalgo reafirma su compromiso de proteger a la mariposa monarca y asegurar su permanencia. Este esfuerzo no solo pretende garantizar la supervivencia de esta icónica especie migratoria, sino también su contribución al equilibrio y la salud de los ecosistemas locales, enriqueciendo así la herencia natural de la región.
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