En los últimos días, el país ha experimentado lluvias intensas que, a pesar de su fuerza, no han sido tan extremas como la registrada el pasado 10 de agosto en el Zócalo. Sin embargo, este comportamiento climático ha cumplido una función positiva al contribuir a disminuir la sequía en numerosas regiones del territorio nacional. De acuerdo con información del Servicio Meteorológico y de Conagua, las precipitaciones han sido clave para aliviar condiciones secas, especialmente en áreas como el centro, sur y sureste del país. Las zonas marcadas por el monzón —tales como Sonora, Sinaloa, Oaxaca y Durango— han recibido lluvias que ayudaron a revertir parcialmente los efectos de la escasez de agua que predominaba en esas regiones.
Asimismo, el Sistema Cutzamala—vital para abastecer el agua potable del Valle de México—presenta una recuperación significativa. Su nivel actual se encuentra por encima del 60 % de capacidad, una mejoría notable respecto al año anterior, cuando se encontraba en niveles mucho más bajos. Esta perspectiva es alentadora para afrontar los meses venideros, especialmente en términos de garantizar la disponibilidad hídrica para la capital y el Estado de México.
Mirando hacia septiembre, las previsiones apuntan a que las lluvias continuarán con una intensidad próxima al promedio histórico. Si bien no se esperan eventos extremos, estas precipitaciones regulares desempeñarán un papel estratégico en consolidar la recuperación del sistema hídrico y mantener el abatimiento de la sequía en zonas afectadas.