Las primeras olas de tsunami, originadas por un potente terremoto registrado la mañana del miércoles (hora local), comenzaron a llegar a la costa del Pacífico de Japón, desde Hokkaido hasta el noreste de Tokio. La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) informó que las olas alcanzaron alturas de entre 30 y 50 centímetros en diversas localidades, lo que generó una alerta máxima en la región.
El fenómeno activó los protocolos de emergencia, aunque, hasta el momento, no se han reportado víctimas ni daños significativos, de acuerdo con la Agencia de Gestión de Desastres y Bomberos de Japón. Las autoridades destacaron la rápida respuesta de las comunidades costeras ante el riesgo inminente.
Olas moderadas pero riesgo latente de tsunami

La JMA registró un tsunami de hasta 40 centímetros en al menos 16 puntos a lo largo de la costa del Pacífico, siendo la ciudad de Ishinomaki la más afectada, con una ola de 50 centímetros. En Nemuro, en la costa oriental de Hokkaido, se reportó una ola de aproximadamente 30 centímetros.
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En Rusia, también se registraron olas en las islas Kuriles, particularmente en Severo-Kurilsk. Aunque se reportaron algunas inundaciones y daños menores en infraestructura, las autoridades confirmaron que los residentes estaban resguardados en zonas elevadas y no hubo lesionados.

Pese a que las primeras olas fueron más pequeñas de lo esperado —las proyecciones iniciales advertían de olas de hasta tres metros—, la JMA alertó que podrían producirse olas más grandes en las horas siguientes. Esto mantiene en estado de alerta a las comunidades costeras.
Evacuaciones masivas y suspensión de servicios
Como medida de precaución, se emitieron alertas de evacuación para más de 900,000 personas en 133 municipios, desde Hokkaido hasta Okinawa. Aunque no se ha especificado cuántos ciudadanos se han refugiado, la respuesta fue inmediata en la mayoría de las regiones.
El impacto en infraestructura ha sido limitado. Se suspendieron ferries entre Hokkaido y Aomori, así como algunos trenes locales. El aeropuerto de Sendai cerró su pista temporalmente.
En cuanto a las centrales nucleares, todas se encuentran bajo monitoreo. En Fukushima, unos 4,000 trabajadores se refugiaron en zonas seguras, y se detuvo el vertido de aguas residuales radiactivas al mar como medida preventiva.