Leona Vicario nació un 10 de abril pero de 1789, en la Ciudad de México, fue periodista, brillante intelectual, activista social y heroína notable de la Independencia de México, nombrada Madre de la Patria.
Su lucha marcó la diferencia para la historia de México, ya que su participación fue fundamental para la consolidación de la nación mexicana.
Vida de Leona Vicario
Hija del comerciante español Gaspar Martín Vicario y de la criolla Camila Fernández de San Salvador y Montiel, descendiente de Ixtlilxóchitl II, gobernante de Texcoco.
Nace en el seno de una familia acaudalada pero además, debido a que muy joven queda huérfana se convierte en heredera de esa fortuna, la que en buena parte sacrifica para apoyar al movimiento insurgente. Desde pequeña su madre la apoya para que estudie, y es tal su preparación que hasta tradujo algunas obras filosóficas escritas en francés.
Leona Vicario recibió una educación ejemplar, cosa poco común en una sociedad desigual, y machista como la de finales del siglo XVIII.
Estudió Bellas Artes y Ciencias, aprendió francés, algo de inglés, música y pintura.
A través de los estudios, y sus lecturas, Leona Vicario desarrolló un enorme sentido crítico frente al mundo y años después comenzó a ejercer el periodismo.
Vicario fue reflejo de la liberación femenina de la época, a muy temprana edad se emancipó, a los 17 años, ya huérfana, en lugar de vivir en la casona de su padrino don Agustín Pomposo Fernández de San Salvador, decidió habitar en una residencia en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
A través de su padrino, Leona conoció a su esposo, Andrés Quintana Roo, oriundo de Mérida, Yucatán. considerado otro de los próceres de la independencia mexicana.
Leona empezó su participación paulatinamente en la actividad política, de la discusión sobre los acontecimientos políticos de actualidad, espiar, informar, a pasar a financiar el movimiento, apoyarlo concretamente hasta formar parte de la insurgencia.
Tras el inicio del movimiento independentista en la colonia, Vicario se unió a la rebelión e ingresó en una sociedad secreta llamada Los Guadalupes formada por criollos con recursos económicos y acceso a información estratégica que le transmitían a los insurgentes, pasando a constituirse parte fundamental para la comunicación de manera clandestina, con los líderes.
Así Leona se convirtió en la líder de una red de mensajería con la que garantizaba la correspondencia entre insurgentes y sus familiares, daba refugio a fugitivos e invirtió su fortuna en el financiamiento de la lucha independentista.
Fue declarada oficialmente la Madre de la Patria 17 años después de que Miguel Hidalgo obtuviera la declaratoria de Padre de la Patria. Similar proceso en ambos, sin embargo la historia les ha dado trato muy diferente.
El padre es recordado en la ceremonia del Grito de independencia en primer lugar cuando se enlista a los héroes que nos dieron patria, la Madre, ni siquiera es mencionada, y podríamos hablar de muchos otros ejemplos, pero parece que el solo hecho de haber sido mujer demeritó sus grandes aportaciones.
Al fallecer en 1842, el gobierno le realiza funerales de Estado, la única mujer en la historia de México que los ha recibido.
Amor con Andrés Quintana Roo
Leona se enamora de Don Andrés Quintana Roo coincidiendo en sus convicciones en favor de la lucha de la independencia pero no se casan porque deciden primero incorporarse a las filas de José Ma. Morelos.
Así expresa Celia del Palacio lo que Doña Leona le dice a Quintana Roo .
“No seré tuya hasta que con tus palabras hayas construido una patria libre. Nos casaremos cuando nuestra causa hay triunfado. A luchar, amor mío, hazme sentir orgullosa de amarte”.
Durante los meses de su separación, ella a pesar del riego que corría, no solo enviaba recursos para la adquisición de armamento sino que trataba de unir a la causa a quien podía, hasta que por sus atrevimientos es arrestada y enviada a prisión, de donde con la ayuda de enviados de Don Andrés se fuga y se reencuentra con él en la sierra.
Contraen matrimonio y un año después huyendo del ejército Real tiene que dar a luz a su primera hija, en el interior de una cueva. Pedro Ángel Palou, al referirse a esos momentos tan difíciles que pasaban, de los cuales Don Andrés lamentaba haberla colocado ante tanto predicamento, un día le dijo:
“No soy una estúpida que se ha dejado llevar en contra de su voluntad… si estoy aquí, si me han quitado todo no es por tu culpa. Yo decidí unirme al movimiento. Primero fui insurgente, después fui tu mujer.”
Murió el 21 de agosto de 1842 a los 53 años de edad.
El 28 de mayo de 1900 sus restos -junto con los de su esposo Andrés Quintana Roo- fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón Civil de Dolores. En 1925 sus restos fueron trasladados a la Columna de la Independencia.
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