¡Latino a la realeza! El pasado 30 de agosto, Vaduz, la capital de Liechtenstein, se convirtió en escenario de una de las bodas más esperadas del año en Europa. La princesa María Carolina de Liechtenstein, de 28 años, unió su vida con la del venezolano Leopoldo Maduro Vollmer en una ceremonia que reunió tradición, elegancia y la atención de la prensa internacional.
María Carolina es nieta del príncipe soberano Hans-Adam II e hija del príncipe heredero Alois y de la princesa Sophie de Baviera. Aunque no forma parte de la línea sucesoria debido a la Ley Sálica, ostenta el título de princesa y condesa de Rietberg.

Nacida en 1996 en Suiza, se formó en la reconocida Parsons School of Design en París y Nueva York, donde desarrolló una prometedora carrera en la moda. Con un estilo sobrio y refinado, se ha consolidado como un referente dentro y fuera de los círculos aristocráticos. La fortuna de su familia, calculada en 7.200 millones de dólares, la coloca entre las princesas más adineradas de Europa.
El origen del novio y su trayectoria internacional

Por su parte, Leopoldo Maduro Vollmer nació en Caracas en 1990. Es hijo de Francisco Maduro y Sofía Vollmer, pertenecientes a una destacada familia empresarial venezolana vinculada a proyectos de gran impacto como Ron Santa Teresa y la Fundación Alcatraz.
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Educado en instituciones de élite como Harrow School en Inglaterra y más tarde en St. Andrews y Cambridge, se especializó en banca de inversión y gestión patrimonial. Con una carrera internacional que lo ha llevado a Nueva York, París y Londres, hoy es reconocido como un banquero de prestigio con proyección global.

La ceremonia y la recepción real en Vaduz
La ceremonia religiosa tuvo lugar en la Catedral de San Florín, un templo neogótico del siglo XIX que alberga la cripta de la familia real. La princesa llegó tomada del brazo de su padre en un Rolls Royce blanco, mientras fotógrafos y curiosos se agolpaban en las inmediaciones. Lució un vestido de encaje bordado acompañado por la histórica tiara Habsburgo Fringe, joya con más de un siglo de historia, además de pendientes de diamantes y un ramo en cascada que evocó las clásicas bodas reales europeas.

Tras el enlace, los recién casados ofrecieron una recepción en el Castillo de Vaduz, con la asistencia de miembros de casas reales de Luxemburgo, Bélgica y España. Aunque mantuvieron su relación con discreción desde que se conocieron en Londres en 2016, el compromiso se anunció en octubre de 2024. Su unión no solo consolida un vínculo entre Europa y América Latina, sino que también representa un orgullo para Venezuela al ver a uno de sus compatriotas formar parte de una de las casas reales más antiguas del continente.
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