Porque la vida es lo más importante, hoy hablaré de tortugas, primera parte.
En los meses de mayo y junio se cumplen importantes fechas de conmemoraciones relativas a las tortugas, en especial a las tortugas marinas.
Las tortugas son reptiles, y entre otras cosas eso implica que tienen escamas, -excepto la tortuga Laud adulta- que ponen huevos; y que no producen calor corporal, es decir son poiquilotermos, por eso es que las tortugas marinas con excepción de las tortugas lora (Lepidochelys kempii) salen a anidar de noche, para no quemarse.
Las tortugas ocupan distintos hábitat, las hay terrestres, de agua dulce y marinas, y existen importantes diferencias entre las tortugas marinas y las terrestres.
Las tortugas terrestres tienen patas, las marinas aletas. El caparazón de las tortugas terrestres es duro y alto, como una caja cerrada y sólida; el de las marinas es de forma más hidrodinámica y tiene unas bandas fibrosas que funcionan como “bisagras” que le da cierta flexibilidad.
Otra interesante diferencia es que las tortugas marinas tienen unas uñas reducidas, y en los machos se presentan un par de uñas largas, útiles para sujetar a la hembra durante la cópula, mientras que en las tortugas terrestres las uñas son planas parecidas a las nuestras.
Respecto a los huevos, los de las tortugas marinas son de cascaron suave, de esa forma no se rompen al caer dentro del tiro del nido en la playa, que puede medir de 35 hasta 80 cm, desde la cloaca de la tortuga hasta fondo del nido; por otro lado los huevos de las tortugas terrestres son más rígidos.
En nuestro país existen 6 de las 7 especies de tortugas marinas del mundo: Laud, Verde, Caguama, Lora, Golfina y Carey todas ellas en veda permanente y enlistadas oficialmente en peligro de extinción, por la Norma Oficial Mexicana 059, continuaremos.
