Hablando de historia y otras cosas, ¿recuerdan ustedes cuáles eran las siete grandes maravillas del mundo antiguo?
Que tal, les saluda Lorena Careaga y hoy hablaremos tanto de aquellos monumentos históricos, como de los actuales.
Las únicas maravillas del mundo antiguo que podemos contemplar en nuestros días son las pirámides de Egipto, es decir, las tumbas de Keops, Kefrén y Mikerinos, así como la esfinge, su eterna guardiana a orillas del Nilo. Pero parte de esas grandezas eran también los jardines de Semiramis, mejor conocidos como los jardines colgantes de Babilonia; el coloso de Rodas, una estatua de bronce de unos 38 metros de altura; el faro de Alejandría, que descansaba sobre cuatro pilares de vidrio a orillas del mar Mediterráneo; la gigantesca estatua de Zeus Olímpico; el Mausoleo o tumba de Mausolo en Halicarnaso, y quizá la más maravillosa: el templo de Artemisa en Efeso: un edificio que tenía, en su primer nivel, cuatro pilares y cuatro arcos, que a su vez sustentaban el techo de un segundo piso sobre el que descansaban ocho arcos y ocho columnas, luego en el siguiente piso 16, y así hasta sostener un sexto nivel de 128 arcos y 128 columnas. Sin duda algo portentoso.
Estas maravillas fueron agrupadas y calificadas como tales por distintos eruditos, entre ellos Filón de Bizancio, en su obra De septem orbis miraculis, conformándose a través del tiempo la lista que ha llegado hasta nosotros, y que no en todos los casos está sustentada por evidencias históricas o arqueológicas. Se trata de una selección basada primordialmente en la magnitud de aquellos monumentos, que dejaba de lado la inspiración, el gusto de los creadores y muchos criterios más.
Para remediar este hecho, hace trece años, en 2007, un empresario suizo lanzó una convocatoria a nivel mundial para que, quienes quisieran, votaron vía internet y mensajes SMS, para definir las nuevas 7 maravillas del mundo moderno. Más de cien millones de votos favorecieron al Coliseo de Roma, en Italia; la estatua del Cristo Redentor, en Río de Janeiro, Brasil; la Gran Muralla China; Machu Picchu, en Cuzco, Perú; Petra, en Jordania; el Taj Mahal, en Agra, India; y por supuesto, la ciudad maya del Postclásico: Chichén Itzá, en Yucatán, México.