Porque la vida es lo más importante, hoy hablaré de las hormigas zombies.
Los hongos parasitarios del género Ophiocordyceps – los llamados hongos hormigueros zombie -necesitan hormigas para completar su ciclo de vida.
Cuando una hormiga mientras se alimenta encuentra esporas del hongo, estas entran a la hormiga en donde se propagan rápidamente por todo su cuerpo. Las células del hongo al llegar a la cabeza de la hormiga, liberan sustancias químicas que toman el control sobre el sistema nervioso central del insecto. El efecto de este “coctel químico” es que la hormiga modifica su conducta, en contra de su propia sobrevivencia. La hormiga infectada, como si fuera “zombie” trepa por la vegetación y se aferra a una hoja o ramita en donde muere.
Una vez que el hongo mata a su huésped, desde la parte posterior de la cabeza de la hormiga crece una estructura, como un tallo, lleno de esporas del hongo, que al liberarse y caer al suelo infectan a más hormigas repitiendo el ciclo.
El hongo, es de alguna manera capaz de reconocer las diferentes especies de hormigas, y lanzar su cóctel químico que manipula la conducta, solo cuando está en presencia de la especie de hormiga específica, según muestra la investigación de Charissa de Bekker, bióloga molecular de la Universidad Estatal de Pensilvania, quien pudo identificar dos compuestos, el ácido guanidinobutírico y la esfingosina, que probablemente estén involucrados en la zombificación de las hormigas. Estos dos compuestos también parecen tener un papel en algunos trastornos neurológicos, según señalan los investigadores.
Un caso en el que la biología supera a la ficción