La noticia del fallecimiento de Alice y Ellen Kessler, las célebres Gemelas Kessler, estremeció al mundo del espectáculo europeo. A los 89 años, las hermanas decidieron despedirse juntas de la vida mediante un proceso de muerte asistida en Grünwald, una localidad cercana a Múnich, Alemania. Su partida, aunque impactante, sigue la línea de lo que ellas mismas habían expresado durante años: no concebir la vida sin la otra.
Las autoridades de Múnich confirmaron que no hubo intervención criminal. Ambas murieron por un suicidio conjunto bajo supervisión profesional, un procedimiento legal desde 2020 en Alemania. La decisión, según explicaron, estaba basada en el deterioro físico que enfrentaban y en la voluntad firme de permanecer unidas hasta el final, del mismo modo que lo hicieron durante toda su trayectoria.
Un procedimiento planificado con precisión

La Sociedad Alemana para una Muerte Digna (DGHS) acompañó cada paso del proceso, pues las artistas eran miembros de la organización desde hacía más de un año. Su decisión pasó por evaluaciones médicas, asesorías jurídicas y confirmaciones de lucidez, requisitos indispensables para la muerte asistida en ese país. Todo apuntaba a una convicción sólida y meditada a lo largo del tiempo.
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El testamento de Alice y Ellen también refleja su inseparabilidad. Las cenizas de ambas reposarán en una única urna, junto a los restos de su madre y de su perro Yello. Su partida, además, reabrió debates sobre la eutanasia en otras naciones, como México, donde se discuten nuevas iniciativas sobre el derecho a una muerte digna.
Un dúo que marcó época
Las hermanas nacieron en 1936 y su carrera comenzó en la Ópera de Leipzig, donde desarrollaron una formación clásica que más tarde las impulsó a buscar horizontes artísticos más libres. A los 16 años escaparon de la Alemania Oriental y encontraron en Occidente el inicio de un ascenso meteórico que las llevó al cabaret Le Lido de París en 1955, lugar donde su estilo sincronizado las convirtió en estrellas internacionales.
El impacto de las Gemelas Kessler trascendió fronteras. Compartieron escenario con leyendas como Frank Sinatra, Bing Crosby y Sammy Davis Jr., participaron en Eurovisión 1959 representando a Alemania y conquistaron Italia en los años 60, donde fueron apodadas “las piernas de la nación”. Incluso lograron notoriedad en Estados Unidos gracias a apariciones en programas icónicos como The Ed Sullivan Show.
Una despedida coherente con su vida juntas

En sus últimos años, el desgaste físico comenzó a limitar sus actividades, aunque su vínculo permaneció intacto. En diversas entrevistas reconocieron que la idea de una despedida conjunta no les generaba temor, sino serenidad. Era, para ellas, una decisión tan artística como personal: su último acto.
Alice y Ellen Kessler se marcharon tal como vivieron: unidas, elegantes y determinadas, dejando una huella imborrable en la cultura europea y en la memoria de generaciones que crecieron admirando su talento.




