Porque la vida es lo más importante, hoy hablaré de las cactáceas 2° Parte. Las altamente evolucionadas.
Los cactus son plantas xerófitas, eso es: adaptadas a condiciones áridas.
Destaca su capacidad de sobrevivir largos periodos sin una gota de agua; se les denomina también suculentas, eso significa que sus tejidos acumulan agua.
Son altamente evolucionadas, presentan adaptaciones tales como reducción de las superficies sometidas a transpiración y así disminuyen al máximo la pérdida de agua.
Las hojas están reducidas o ausentes, en su lugar presentan agudas espinas o pelos.
Las espinas contribuyen a la defensa contra los depredadores; es decir las espinas son hojas modificadas.
En ausencia de hojas, la fotosíntesis se lleva a cabo en la superficie de los tallos que son los que le dan porte a la planta.
Los tallos se encuentran frecuentemente cubiertos por una epidermis rígida e impermeable.
En cuanto a su forma corporal, existen cactus de forma globosa como las biznagas.
Aplanada (como raquetas), como los nopales o columnares.
También los hay colgantes o rastreros.
Las raíces suelen ser superficiales y extensas de manera que tengan fácil acceso al agua de las lluvias o nevadas.
La característica identificativa de los cactus es la “areola”.
Una estructura en forma de almohadilla recubierta de pelo, que son yemas crecimiento de donde surgen las espinas, los pelos, cerdas, los vástagos nuevos y, en muchas ocasiones, las flores.
Pero tanta belleza le ha resultado contraproducente a esta familia de plantas.